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Un
danés llegó a Roma con la noticia de que en un convento cerca de Röskilde se
conservaba el texto íntegro de la historia de Roma de Tito Livio: Ab urbe
condita. Cuando Poggio se enteró de ello, no paró hasta lograr que el Papa
Nicolás V enviara a alguien a Dinamarca en busca de dicho manuscrito. Por su
parte, Cosme de Médicis encargaba a su agente en Lübeck que tratara a toda costa
de adquirirlo, pero nadie pudo encontrarlo, y actualmente sólo disponemos de
algunos de los libros de que consta la obra.
El 1 de enero de
1450 el rey Juan II de Navarra destituyó a su hijo Carlos de su cargo de
lugarteniente del reino, dispuesto a convertir a Navarra en la plataforma de su
lucha por el poder político en Castilla. Esto dio un giro al conflicto entre
beaumonteses y agramonteses, pues ahora los segundos pasaron a tener el
predominio. En Cataluña se estaba formando una división similar: Barcelona
estaba dominada por la alta burguesía, que, como estamento, era conocida como la
biga (la viga). La biga se había
enemistado con la reina María a causa de los esfuerzos de ésta por recaudar
fondos para la campaña italiana de su marido, así que María buscó el apoyo de
los mercaderes y pequeños artesanos, que se agruparon en un partido al que
llamaron la busca
(la astilla, algo pequeño en comparación con una viga), que contó también con el
apoyo del gobernador general de Cataluña, que entonces era
Galcerà de Requesens, un hombre de confianza del rey Alfonso V.
Paulatinamente fueron produciéndose enfrentamientos entre ambos bandos.
Otro foco de tensión surgió por parte de los
llamados campesinos de remensa, campesinos catalanes
que, según el antiguo derecho medieval, estaban vinculados a sus tierras, que no
podían abandonar si no pagaban una remensa,
una redención, al señor del que eran vasallos. En los últimos años se habían
organizado en sindicatos y le habían pedido a la reina que aboliera la remensa a
cambio de un pago de 64.000 florines a la corona. Esta petición chocaba con los
intereses de los señores, que pedían incluso que se les permitiera establecer
nuevos remensas para los numerosos terrenos que habían quedado deshabitados por
la peste y la emigración.
En el reino de Mallorca surgieron tensiones
similares entre forans (campesinos) y ciutadans (burgueses). En general, toda la
corona de Aragón estaba sumida en una profunda crisis: Aragón y Mallorca rozaban
la anarquía, pues quien supuestamente debía ocuparse de su gobierno era Juan II
de Navarra, y no lo hacía; únicamente Valencia era próspera, pues allí no había
ningún abismo entre ricos y pobres, sino que predominaban los pequeños
propietarios que podían vivir de una agricultura bien organizada, herencia
musulmana.
Un ejército inglés desembarcó en la costa
normanda. Los franceses reaccionaron rápidamente, y el 15 de abril ambos bandos se enfrentaron junto a la
aldea de Formigny,
no lejos del lugar del desembarco. Los ingleses plantearon la batalla como
siempre lo habían hecho, apostando sus arqueros para repeler un eventual ataque
francés. Sin embargo, los tiempos habían cambiado: los franceses dispusieron sus
cañones de forma que el frente inglés estaba bajo su radio de alcance, mientras
que el frente francés quedaba fuera del radio de alcance de los arqueros,
significativamente menor. La batalla se mantuvo igualada durante un tiempo, pero
cuando llegaron refuerzos franceses los ingleses huyeron en desbandada, y sólo
un tercio logró salir con vida.
Evidentemente, Guillermo de Suffolk tuvo
serias dificultades para defender su política pacifista ante sus furiosos y
humillados compatriotas. Fue desterrado y, el 1 de
mayo, cuando trataba de abandonar el país, murió a manos de unos
asesinos.
El 6 de julio
los franceses tomaron Caen, y el 12 de agosto
cayó Cherburgo, la última posesión inglesa en Normandía. Ahora los ingleses
ocupaban únicamente Calais y la Guyena. El rey Carlos VII de Francia había
entrado triunfalmente en Ruan poco después de la victoria de Formigny, y dos
meses después ordenó iniciar una encuesta sobre el proceso y el suplicio de
Juana de Arco, tras lo cual decidió que se abriera un proceso de rehabilitación.
En los combates murió el duque Francisco I de Bretaña, y fue sucedido por su
hermano Pedro II.
Los ejércitos franceses se dirigieron luego a
la Guyena. Su capital, Burdeos, llevaba tres siglos bajo gobierno inglés, por lo
que en la región no quedaban muchos restos de nacionalismo francés, y la
resistencia fue mayor.
Los desastres en Francia desataron una crisis
política en Inglaterra, lo que favoreció la llegada a la corte del duque Ricardo
de York, que tenía ya treinta y nueve años, y hasta entonces había permanecido
semiexiliado en Irlanda. Durante un tiempo había sido el único miembro vivo de
la casa de York, pero había aprovechado bien su matrimonio con Cecilia Neville,
con la que había tenido tres hijos y dos hijas. El mayor,
Eduardo,
tenía entonces ocho años. Ricardo llegó en septiembre, y no tardó en encabezar un intento de
reforma del gobierno con la ayuda del Parlamento.
Johannes Gutenberg se asoció con Johann Fust para fundar la razón social
Das Werk der Bücher (La obra de los libros). Al parecer, había resuelto
ya todos los problemas técnicos que suponía la impresión con tipos móviles y
necesitaba financiación para llevar a la práctica su invento.
El escultor Lucca della Robbia estaba
trabajando en Urbino, donde acababa de tomar como discípulo a su sobrino Andrea, que perfeccionó la técnica de la
terracota vidriada.
El Papa Nicolás V seguía desarrollando una
delicada acción diplomática para ganarse a la Iglesia alemana. A Nicolás de Cusa
se unió en 1451
Juan de Capistrano, un franciscano que
unas décadas antes había ejercido de inquisidor contra los fraticelos. El Papa
lo nombró legado en Austria, Baviera, Silesia y Polonia. Luchó contra los
husitas y predicó la cruzada contra los turcos.
Ese año murió el sultán Murat II, y su hijo
Mehmet II volvió al poder con una fijación: tomar Constantinopla. Parece ser que
esta idea se la habían inculcado sus tutores desde la abdicación de su padre,
como una forma de ganarse su confianza con la promesa de la fama y la gloria que
supondría tal hazaña. Empezó derrotando a Scanderberg en Albania, a raíz de lo
cual éste se hizo vasallo del rey Alfonso V de Aragón. El escenario no era muy
esperanzador para los cristianos: El emperador Constantino XI se vio sin dinero
ni recursos, así que trató desesperadamente de buscar apoyo en Occidente; el
príncipe Bogdan II de Moldavia fue asesinado por su hermanastro y sucesor
Pedro III; el duque de Atenas Ranieri II murió y fue sucedido por su hijo Francesco I, bajo la tutela de su madre,
Clara Giorgo.
El 5 de junio
los franceses entraron en Burdeos, pero los ingleses enviaron un ejército con
Talbot al frente, la población se unió a los ingleses y en
octubre Talbot recuperó la ciudad, así como una parte de la Guyena.
El Delfín Luis se casó con Carlota, hija del duque Luis I de Saboya.
Jacques Coeur, el tesorero del rey Carlos VII
de Francia, cayó en desgracia y fue detenido, víctima de diversas acusaciones,
desde conspirar con el delfín a vender armas a los musulmanes. Al parecer,
detrás de estas acusaciones estaba la mano de sus numerosos deudores, así como
de quienes consideraban humillante que el hijo de un peletero fuera el hombre
más rico de Francia.
Ese año murió Isabel de Görlitz, usufructuaria
del ducado de Luxemburgo. El duque titular era el joven Ladislao V de Hungría y
Bohemia, que tenía entonces once años, pero, en la práctica, el duque Felipe III
de Borgoña se convirtió ya en señor indiscutible de Luxemburgo.
El príncipe Carlos de Viana se alió con el rey
Juan II de Castilla contra su padre, el rey Juan II de Navarra, pero fue vencido
y hecho prisionero en la batalla de Aybar el 23 de
octubre. Juan II de Navarra nombró lugarteniente del reino a su segunda
esposa, Juana Enríquez, que tomó parte activa a favor de los agramonteses contra
los beaumonteses.
Diego Manrique, que había luchado del lado de
Juan II de Navarra, fue hecho prisionero por Juan II de Castilla, pero escapó
gracias a la ayuda de su hermano Rodrigo, que recientemente había recuperado sus
tierras en una maniobra política y ahora las volvía a perder por este suceso.
Uno de los numerosos descendientes de Timur
Lang, llamado Abú Saíd,
empezó a reunificar el Imperio desde Transoxiana.
Tras un periodo de anarquía, el sultanato de
Delhi cayó en manos de Bahlul Lodi,
que, a diferencia de los sultanes anteriores, no era de origen turco, sino que
provenía de un clan afgano asentado en la India.
El duque Federico II de Sajonia se reconcilió
con su hermano Guillermo en el tratado de
Naumburg.
El pintor Piero della Francesca perfeccionaba
su estilo con el retrato de Sigismondo
Malatesta a los pies de su santo patrón, en Rímini, o El bautismo de Cristo. En 1452 Michelozzo terminaba, por encargo de Cosme de
Médicis, los claustros, la iglesia y la biblioteca de San Marcos. El escultor
Ghiberti terminó la tercera puerta del baptisterio de Florencia, que contiene
diez bajorrelieves con escenas del antiguo testamento.
Un poeta francés llamado
Arnoul Gréban había compuesto un enorme poema de 34.754 versos titulado
el Misterio de la pasión, en el que se
narran diversos episodios bíblicos entre los que se intercalan numerosas poesías
líricas. La obra se representaba con centenares de actores y requería tres o
cuatro días.
Antoine de la
Sale, secretario del duque Felipe III de Borgoña,
autor de varias novelas didácticas, acababa ahora una novela de costumbres, Juan de Saintré, considerada como una
reacción de la burguesía contra la literatura caballeresca.
Los intentos reformistas del duque Ricardo de
York se habían enfrentado sistemáticamente a la oposición del duque Edmundo de
Somerset, hasta que el Ricardo decidió emplear la fuerza. Sin embargo, su
intento fue humillantemente abortado por el ejército real.
El emperador Federico III se casó con Leonor, hermana del rey Alfonso V de
Portugal. Ese mismo año acudió a Roma para ser coronado por el Papa Nicolás V.
Fue el último emperador alemán coronado por un Papa.
El rey Carlos VII de Francia casó a su hija Yolanda con Amadeo, el hijo del duque Luis I de Saboya.
En Valaquia, Ladislao II era oficialmente el
príncipe, pero en la práctica sólo dominaba algunos territorios fuera del
principado, en Transilvania. Su rival, Iancu era quien realmente dominaba la
región. Hasta entonces no se había producido ningún enfrentamiento, sino que
ambos se habían limitado a tomar posiciones. Finalmente Iancu invadió
Transilvania y arrebató sus tierras a Ladislao II. Entonces entró en escena Vlad,
el hijo de Vlad Dracul, asesinado por Iancu, que había escapado del cautiverio
turco y ofreció a Iancu una
"fidelidad inquebrantable" a cambio del
gobierno de las tierras de Transilvania que acababa de conquistar.
Aunque Rusia seguía sufriendo el dominio
mongol, el poder del gran príncipe Basilio II de Moscú iba en aumento, hasta el
punto de que concedió un territorio a un mongol llamado Kasim, que fundó así el kanato de
Kasímov,
vasallo de Moscú.
El husita Jorge de Podebrady, después de
terminar con los radicales taboristas, fue reconocido administrador general del
reino de Bohemia. El rey Ladislao tenía entonces doce años.
Un franciscano llamado
Francisco de Paula fundó su propia orden, los mínimos, cuya regla era extremadamente
severa, ya que exigía pobreza total, cuaresma perpetua y obediencia rigurosa.
El emperador Constantino XI reconoció
nuevamente la supremacía papal para ganarse el apoyo de Occidente. El 12 de diciembre un sacerdote católico celebró los
oficios en Santa Sofía, usando pan sin levadura y agua fría, lo que contradecía
las costumbres ortodoxas. Un monje llamado Gennarus instigó a los bizantinos a
protestar, asegurando que lo peor que podía ocurrirle a la ciudad era la herejía
romana. Los fieles, temerosos de que los sacramentos fueran mancillados por los
"esclavos del Papa", dejaron de acudir a Santa Sofía, "guarida del diablo".
Gennarus anduvo encaminado, pues en
1453
el sultán turco Mehmet II lanzó un ataque contra Constantinopla. Reunió una
flota de doscientos ochenta navíos y un ejército de unos doscientos cincuenta
mil hombres, entre jenízaros y voluntarios. Frente a ellos, el joven emperador
Constantino XI contaba con la Virgen María, unos cinco mil hombres en situación
de combatir, y unos tres mil aliados occidentales, entre los que destacaban los
genoveses, dirigidos por Giovanni Giustiniana. Por otro lado, muchos
de sus súbditos seguían sin perdonarle su sometimiento a Roma. Algunos
funcionarios afirmaron que "antes el turbante que la tiara".
El asedio empezó el 3 de abril.
Desde que fue construida, más de mil años atrás, la triple muralla de
Constantinopla jamás había sido traspasada por ningún enemigo, sólo la traición
había permitido franquearla en algunas ocasiones; pero ahora los turcos llegaron
con gigantescos cañones que disparaban enormes balas de piedra.
Aun así, los bizantinos resistieron
heroicamente. El 18 de abril rechazaron un ataque frontal, pero la
noche del 22 de abril Mehmet II hizo trasladar
por una lengua de tierra ochenta galeras hasta el Cuerno de Oro, el puerto de
Constantinopla, cuya entrada estaba cerrada por cadenas bien defendidas. Hizo
colocar las naves sobre andamios con ruedas, desplegaron las velas para que el
viento ayudara mientras los jenízaros tiraban con cuerdas. A la mañana siguiente
los bizantinos se vieron atacados por dos frentes.
Pasaron los días, y los cañones iban
desgastando lentamente los muros. Cuando ya habían sido destruidas cuatro
torres, el 29 de mayo, Mehmet II, con una maza
de hierro en la mano y rodeado de una guardia de diez mil jenízaros, encabezó un
ataque a una brecha de la muralla. Detrás dispuso una hilera de verdugos para
que decapitaran a cualquiera que huyera o mostrara cobardía. Constantino XI
murió defendiendo la muralla, los turcos penetraron en la ciudad matando
hombres, mujeres y niños, y a partir de ese momento no hallaron gran
resistencia. Los que se habían mostrado partidarios del turbante frente a la
tiara fueron decapitados por el turbante. Constantinopla fue saqueada, aunque el
sultán dio orden de que sus edificios no fueran dañados. Al mediodía, el sultán
atravesó el hipódromo y entró en Santa Sofía. Al día siguiente, que era viernes,
el almuecín subió a hacer su pregón desde una de las torres, y el sultán recitó
sus pregarias a Alá en el presbiterio del antiguo templo de Justiniano. Santa
Sofía se convirtió en una mezquita: se le añadieron minaretes y sus hermosos
mosaicos fueron cubiertos con cal. Mehmet II convirtió a Constantinopla en su
nueva capital, aunque la ciudad cambió su nombre por el de Estambul. Se especula sobre si se trata de
una deformación del griego "eis ten polin" (a la ciudad), pues los
bizantinos llamaban habitualmente "la ciudad" a su capital. Prácticamente,
ningún libro sobrevivió a los turcos, aunque parece ser que no destruyeron
ninguno que los renacentistas italianos no hubieran rescatado ya. Francesco
Filelfo había redactado un catálogo de los libros que había encontrado en las
bibliotecas bizantinas casi treinta años atrás, y en él no figuraba ningún
título que hoy no conservemos.
La caída de Constantinopla no fue realmente el
fin del Imperio Bizantino, pues todavía quedaban Morea y Trebisonda. No
obstante, el emperador Juan IV de Trebisonda tuvo que renovar su vasallaje a
Mehmet II ese mismo año, mientras que Morea se la disputaban los dos hermanos
del difunto emperador Constantino XI: Tomás y Demetrio Paleólogo.
El humanista Poggio Bracciolini, a sus setenta
y tres años, fue nombrado canciller de la república de Florencia. Le debemos la
recuperación de numerosos textos antiguos, entre ellos el Brutus, de Cicerón,
doce comedias de Plauto, así como muchas otras obras de Lucrecio, Quintiliano,
Estacio, Silo Itálico, Valerio Flaco, etc.
El Papa Nicolás V trató de promover una
cruzada contra los turcos, pero no tuvo éxito.
Rogier van der Weyden terminó el Tríptico de San Juan Bautista,
en el que presenta tres escenas en primerísimo plano, encuadradas en portadas de
iglesia, decoradas con esculturas. Así consigue un efecto como si los personajes
salieran del cuadro.
El rey Alfonso V de Aragón inició una campaña
contra los mamelucos de Egipto, mientras su esposa María dejaba la lugartenencia
de Cataluña en manos de Galcerà de Requesens para regresar a Castilla, donde
actuó como mediadora entre su cuñado, el rey Juan II de Navarra, y su sobrino,
el príncipe Carlos de Viana. Ambos firmaron la tregua de Valladolid, aunque Juan de
Beaumont y Blanca de Navarra, la hermana de Carlos, instaron a éste a que no se
conformara y reivindicara sus títulos. En Barcelona, Requesens logró que la
Busca se hiciera con el gobierno de la ciudad.
Los genoveses confiaron la administración de
Córcega a una compañía privada: la Banca de San Jorge. Un veneciano llamado
Niccolò dei Conti
regresó de un largo viaje que, durante los últimos veinticinco años, lo había
llevado hasta Sumatra, Java y el sur de China. Fue el viaje más largo realizado
por un europeo desde los tiempos de Marco Polo.
Enrique, el príncipe de Asturias, llevaba
trece años casado con Blanca de Navarra y no había tenido descendencia, así que
el Papa Nicolás V disolvió el matrimonio gracias al testimonio jurado de dos
obispos que alegaron "impotencia recíproca, debida a malignas
influencias de ambos cónyuges". Aconsejado por Juan Pacheco, el marqués
de Villena, Enrique se casó ese mismo año con
Juana,
hermana del rey Alfonso V de Portugal.
Álvaro de Luna fue hecho prisionero tras un
incidente que había terminado con el asesinato de Alonso Pérez de Vivero. Las presiones de Juan
Pacheco, del príncipe Enrique, y de su madrastra, Isabel de Portugal, terminaron
convenciendo al rey Juan II de Castilla para que firmara su sentencia de muerte.
El 3 de junio
Álvaró de Luna fue degollado públicamente en Valladolid. El marqués de
Santillana compuso su Doctrinal de privados, un poema en cincuenta
y dos coplas de octosílabos en el que plasma su odio por el condestable, pero al
mismo tiempo reconoce su grandeza, y usa su caída como ilustración del destino
de los hombres, marionetas en manos de la Fortuna, presentada a la vez como una
fuerza ciega y un instrumento divino. El estilo llano de este poema contrasta
con sus Sonetos fechos al itálico modo,
los primeros sonetos escritos en castellano, poco armónicos, cultos y pedantes,
a pesar de la influencia de Petrarca.
Mientras tanto, los franceses seguían acosando
las posiciones inglesas en La Guyena. El 17 de julio
los franceses llegaron al puesto avanzado inglés de Castillon y John Talbot se lanzó al combate
sin esperar el apoyo de la artillería. Los franceses, en cambio, habían
dispuesto su artillería tras una fuerte línea defensiva. Talbot condujo a la
carga una columna de soldados que fue totalmente aniquilada. Él mismo
murió en el campo de batalla. La Guyena fue tomada sin dificultad en los meses
siguientes y el 19 de octubre los franceses
entraron nuevamente en Burdeos. Inglaterra sólo conservó Calais en el
continente, y ello porque estaba rodeada por territorio borgoñón, donde los
franceses no querían entrometerse. Así terminó la Guerra de los Cien Años, que
en realidad había durado ciento diecisiete. Nunca se firmó un tratado de paz. Lo
único que los ingleses firmaron fue una tregua, pero lo cierto fue que ahí acabo
el enfrentamiento.
Es evidente que las pérdidas en Francia
agravaron la ya tensa política inglesa. Las intrigas sobre la posible sucesión
del rey Enrique VI parecieron disiparse con el nacimiento de Eduardo, el nuevo príncipe de Gales, pero
poco después el rey sufrió una crisis mental. Incapacitado para gobernar, el
Parlamento eligió como regente a su pariente (adulto) más cercano, que no era
sino el duque Ricardo de York. Fue proclamado protector del reino mientras su
rival, Edmundo de Somerset, era encarcelado. Edmundo Tudor recibió el título de
conde de Richmond.
Ese año murió Isabel, la duquesa de Lorena,
esposa del duque Renato I de Anjou, el cual transfirió el ducado a su hijo Juan, para dedicarse desde entonces a
actividades artísticas y literarias.
La Orden Teutónica se había recuperado en
Prusia de la derrota sufrida en Grunwald más de cuarenta años atrás. Los mismos
prusianos que habían formado entonces la liga de Lucertole, habían formado hacía
una década la liga de Marienwerder,
pero los caballeros teutónicos pidieron al emperador Federico III que la
disolviera. Al hacerlo, las ciudades se rebelaron con el apoyo del rey Casimiro
IV de Polonia.
El rey Ladislao V de Hungría, a sus trece
años, fue declarado mayor de edad, y Juan Hunyadi, hasta entonces regente, fue
nombrado capitán general, mientras su hijo Ladislao fue nombrado ban de Croacia.
Jacques Coeur, el exministro de finanzas del
rey Carlos VII de Francia, ahora caído en desgracia, fue condenado a pagar una
multa exorbitada, por lo que sus bienes fueron confiscados. En 1454 logró escapar de Francia y se refugió en Roma,
donde fue bien acogido.
El rey Enrique VI de Inglaterra recuperó la
cordura y Ricardo de York se vio obligado a renunciar a la regencia. El duque
Edmundo de Somerset salió de la prisión y Ricardo t de abandonar la corte. No
tardó en aliarse con los condes de Salisbury y de Warwick, del poderoso clan de
los Neville, quienes, como defensores de la frontera con Escocia, disponían de
un ejército bien entrenado.
Diego García
de Herrera, yerno de Fernán Pedraza, el
conquistador de la Gomera, trató de conquistar las islas de Gran Canaria y
Tenerife, pero los guanches seguían sin entender qué necesidad había de que
alguien fuera a gobernarlos, así que expulsaron a sus conquistadores, que
prefirieron no volver.
Juan de Mena terminó su
Laberinto de Fortuna, dedicado al rey Juan II de Castilla, un poema
compuesto de 297 coplas de arte mayor, siguiendo su estilo archiculto, saturado
de violentos cultimos sintácticos y léxicos.
Juan II murió poco después, y fue sucedido por
su hijo, ahora el rey Enrique IV. Ahora
fue Juan Pacheco quien aumentó su poder en Castilla a expensas del rey, como en
su día había hecho Álvaro de Luna. Rodrigo Manrique recuperó así nuevamente sus
tierras y el favor real. Tenía dos hijos, Pedro, de diecinueve años, y Jorge, de catorce. Rodrigo era aficionado a
la poesía, y se le atribuye una reducida colección de poemas populares. De su
hijo Pedro se conservan también dos poemas, escritos unos años atrás, contra un
judío converso llamado Juan de Valladolid, o Juan Poeta. Son poemas rudos, más bien de mal
gusto, pero no se les puede negar cierta gracia e ingenio.
Mientras tanto, las intrigas de la Biga contra
Galcerà de Requesens hicieron que el rey Alfonso V nombrara lugarteniente de
Cataluña a su hermano Juan II de Navarra, al que aconsejó mantener su apoyo a la
Busca.
También murió el rey de Granada, Muhammad IX
el Zurdo, y los abencerrajes, que en su día habían apoyado a su rival Yúsuf V,
ahora apoyaron a un primo de éste, llamado Sad Ciriza.
El hijo del duque Felipe III de Borgoña tenía
ahora veintiún años, era conocido como Carlos el Temerario y acababa de reprimir
duramente una revuelta en Flandes. Viudo de Catalina, la hija del rey Carlos VII
de Francia, se casó ahora con Isabel, hija del duque Carlos I de Borbón.
El rey Casimiro IV de Polonia, ya en guerra
abierta contra los caballeros teutónicos, se anexionó Prusia. El rey polaco se
casó con Isabel,
hermana del rey Ladislao V de Bohemia y Hungría.
El duque de Milán, Francisco Sforza, firmó la Paz de Lodi con las potencias del norte de
Italia, especialmente con Florencia y Venecia, lo que garantizó la estabilidad
política en la región.
Enrique el Navegante se había mostrado
contrario a la trata de negros iniciada por los portugueses, pero comprendió lo
absurdo de sus reservas cuando el Papa Nicolás V dio su visto bueno, a la vez
que reconocía a Portugal la exclusividad en las navegaciones por la costa
africana en su bula Romanus pontifex.
El Papa murió en 1455 y fue sucedido por
Alonso de Borja,
que a sus sesenta y siete años adoptó el nombre de Calixto III.
A la muerte de Nicolás V, la biblioteca
vaticana tenía más de cinco mil manuscritos, y era la mayor biblioteca de
Europa. Se cuenta que cuando Calixto III entró por primera vez en ella exclamó:
¡Santo Dios, en qué cosas se han gastado los caudales de la Iglesia!,
y es que el nuevo Papa no compartía los ideales renacentistas de su predecesor.
Alonso de Borja era valenciano, y se había
trasladado a Italia en compañía del rey Alfonso V, donde había sido nombrado
cardenal once años atrás. Como Papa, practicó un descarado nepotismo, en
beneficio de sus sobrinos, Pedro Luis, de veinticinco años, y
Rodrigo, de veinticuatro. Pedro Luis se convirtió en capitán general de
los ejércitos pontificios. Así se inició el auge de la familia Borja en Italia,
que no tardó en amasar una gran fortuna. Ese mismo año, Calixto III canonizó al
también valenciano san Vicente Ferrer.
Mientras tanto, Johannes Gutenberg terminaba
el primer libro impreso en Occidente: una Biblia latina a doble columna,
conocida como la Biblia de cuarenta y dos líneas.
Sin embargo, él había invertido mucho tiempo y su socio, Johann Fust, mucho
dinero. Gutenberg no estaba en condiciones de pagarle los intereses convenidos,
así que Fust lo demandó y ganó el pleito. Ante la insolvencia del impresor, Fust
recibió el material tipográfico fabricado con su dinero, Biblia incluida.
El sultán Mehmet II impuso un tributo al
príncipe Pedro III de Moldavia.
El emperador Federico III reunió la dieta de Neustadt con la intención de reformar el
Sacro Imperio Romano para restablecer su unidad y poderío, pero su intento
fracasó por la oposición tanto de la nobleza alemana como de las ciudades.
Cinco años atrás, el rey Jacobo II de Escocia
había logrado desembarazarse del regente Alexander Livingstone, y ahora, al
cumblir los veinticinco años, pudo hacer lo propio con el conde William de
Douglas, con lo que inició su gobierno personal. El principal apoyo con el que
había contado el monarca en estos años había sido
James Kennedy, el obispo de Saint Andrews.
Edmundo Tudor, el conde de Richmond, se casó a
sus veinte años con Margarita Beaufort, la hija de doce años de Juan Beaufort,
el difunto duque de Somerset (y sobrina del actual duque Edmundo de Somerset).
Edmundo murió poco después, en mayo, cuando el duque Ricardo de York, con sus
aliados, derrotó al ejército real en Saint Albans. Esta victoria, unida a que el
rey Enrique VI tuvo un nuevo ataque de locura, permitió a Ricardo retomar el
gobierno de Inglaterra.
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