El Libro de Enoc
Enoc anduvo con Dios (Elohim)
y desaparecio, porque Dios (Elohim)
se lo llevo Genesis 5 vrs. 14
Bereshit
Bara Elohim
/ En el principio
dioses poderosos
hicieron la creación ( cielos y la tierra) Genesis 1
vrs. 1
Hagamos al hombre a nuestra
(Elohim) imagen
Y creo Dios(Elohim)
el hombre a su imagen, a su imagen lo creo Genesis 1 vrs. 26
He aqui que el hombre a venido a ser como uno de
nosotros Genesis 3 vrs.22
Definición de Elohim: (Dioses
poderosos) Aparece 2,318 veces en el Antiguo Testamento
como nombre de Dios
La Iglesia luego elimina dicho termino plural y lo substituye por el
singular Dios
Yave o Jehova significa "YO SOY"
Referencias a
Enoc se encuentran en múltiples versículos del Nuevo Testamento (v.g.
Mt 3:12, 5:4-12, 11:28, 13:31-32, 24:14, 27, 26:64; Mc 13:10,26,
14:21,62; Lc 1:52, 2:14, 6:24, 9:35, 16:13, 23-31, 24:36; Jn 3:20; Co
6:3; Ef 3:18;5:13; Flp 1:18; 2Ts 2:2; Hb 11:5; 1P 3:14; Ap 3:17, 6:10,
8:2, 12:16, 16:14, 19:19, 20:1-3, 21:23-24).
Por ser
un natural libre pensador y creyente de aquello que reza así:
Leedlo todo y retened lo bueno
me
he dado la libertad de llevarle a los interesados, el conocer lo que se
ha escrito sobre los orígenes divinos del ser humano, en este libro de
Enoc. En el mismo hallarás muchas respuestas
interesantes a dudas que son
comunes entre los que sentimos a Dios en nuestras vidas. Este libro al
igual que La Biblia, no fué escrito con el proposito de ganar dinero,
fue escrito para que sepas como ganar tu alma.
Solo unos pocos Iniciados e interesados en estos temas y
con dominio pleno del mismo,
estarán en mejor posición cuando
se le haga justicia a los justos y los humildes.
La magia que te hechiza y sorprende, es mas bien producto del
desconocimiento y la ignorancia.
El día que tu
espíritu descubra que Dios no habita afuera y si dentro de
ti, comenzará
la revolución espiritual que tanto necesitas para crear magia,
tanto dentro, como fuera de
ti
mismo.
Enoc fue el primer viajero de una nave espacial que se
remonta a los origenes dela Biblia. La lectura de este libro escrito
hace mas de 6,000 años, es rica y abundante en detalles que ponen de
manifiesto la existencia de otros seres igual que tu y que yo, pero con
una ventaja de siglos de existencia.
Héctor A. García
Conocereis
la verdad y ella los hará libres.
¿Que son libros apocrifos?
Capitulos del 1 al 40
Capítulos del 41 al 80
Capitulos 81 al 108
Capítulos 1 al 40
Capítulo 1
1 Palabras de bendición con las que bendijo
Enoc a los elegidos justos que vivirán en el día de la tribulación,
cuando serán rechazados todos los malvados e impíos, mientras los justos
serán salvados.
2 Enoc, hombre justo a quien le fue
revelada una visión del Santo y del cielo pronunció su oráculo y dijo:
la visión del Santo de los cielos me fue revelada y oí todas las
palabras de los Vigilantes y de los Santos y porque las escuché he
aprendido todo de ellos y he comprendido que no hablaré para esta
generación sino para una lejana que está por venir.
3 Es acerca de los elegidos que hablo y a
causa de ellos que pronuncio mi oráculo: el Único Gran Santo vendrá
desde su morada
4 El Dios eterno andará sobre la tierra,
sobre el monte Sinaí aparecerá con su gran ejército y surgirá en la
fuerza de su poder desde los alto de los cielos.
5 Y todos los Vigilantes temblarán y serán
castigados en lugares secretos y todas las extremidades de la tierra se
resquebrajarán y el temor y un gran temblor se apoderarán de ellos hasta
los confines de la tierra.(St 2:19)
6 La altas montañas se resquebrajarán y
derrumbarán y las colinas se rebajarán y fundirán, como la cera ante la
llama.
7 Y la tierra se dividirá y todo lo que
está sobre la tierra perecerá y habrá un juicio sobre todos.
8 Pero con los justos Él hará la paz y
protegerá a los elegidos y sobre ellos recaerá la clemencia y todos
ellos pertenecerán a Dios, serán dichosos y benditos, los ayudará a
todos y para ellos brillará la luz de Dios. (4Es 2:35)
9 Mirad que Él viene con una multitud de
sus santos, para ejecutar el juicio sobre todos y aniquilará a los
impíos y castigará a toda carne por todas sus obras impías, las cuales
ellos han perversamente cometido y de todas las palabras altaneras y
duras que los malvados pecadores han hablado contra Él.
(Dt 33:2; Judas 14-15)
Capítulo 2
1 Observad todas las cosas que ocurren en el cielo, cómo las luminarias
del cielo no cambian su ruta en las posiciones de sus luces y cómo todas
nacen y se ponen , ordenadas cada una según su estación y no desobedecen
su orden.(Ac 17:26,25)
2 Mirad la tierra y presta atención a sus
obras, desde el principio hasta el fin, cómo ninguna obra de Dios sobre
la tierra cambia, y todas son visibles para vosotros.
3 Ved las señales del verano y las señales
del invierno, cómo la tierra entera se llena de agua y las nubes rocían
la lluvia sobre ella.
(Mt 16:3; LC 12:54-57)
Capítulo 3
1 Observad y ved cómo todos los árboles se
secan y cae todo su follaje; excepto catorce árboles cuyo follaje
permanece y esperan con todas sus hojas viejas hasta que vengan nuevas
tras dos o tres años.
Capítulo 4
1 Y otra vez observad las señales del
verano, cómo en Él el sol quema y rescalda y entonces sobre la
superficie ardiente de la tierra buscáis sombra y refugio del ardor del
sol, sin encontrar forma de marchar ni por el suelo y ni por las rocas,
a causa del calor.
Capítulo 5
1 Observad y ved todos los árboles, cómo en
todos ellos despuntan las hojas verdes y los cubren y todos sus frutos
son para adorno y gloria, Ensalzad y considerad todo estas obras y sabed
cómo el Dios vivo, el que vive eternamente, Él ha hecho todas esas cosas.
2 Cómo todas sus obras prosiguen de año en
año hasta siempre y todas le obedecen sin alteraciones y todo pasa como
Dios lo ha estatuido.
3 [Y ved como los mares y los ríos de igual
forma cumplen y no cambian sus tareas, según los mandamientos de Él.]
4 Pero, vosotros cambiáis sus tareas y no
cumplís su palabra y en cambio la habéis transgredido y habéis ultrajado
su grandeza con palabras altaneras e hirientes de vuestra boca impura.
Duros de corazón, ¡no habrá paz para vosotros!
5 Por ello maldeciréis vuestros días y los
años de vuestra vida se perderán; pero los años de vuestra destrucción
se multiplicarán como una maldición eterna, y no habrá misericordia ni
paz para vosotros.
6 En esos días vuestros nombres
significarán maldición eterna para todos los justos y en vosotros serán
malditos todos los malditos y por vosotros jurarán todos los pecadores y
malvados.
7 Para los elegidos habrá luz, alegría y
paz y heredarán la tierra, pero para vosotros impíos habrá maldición.
(Sal 37:11; Mt 5:4)
8 Y entonces la sabiduría se dará a los
elegidos y vivirán todos, y no pecarán más ni por olvido ni por orgullo,
sino que en cambio los que sean sabios serán humildes
9 No transgredirán más ni pecarán el resto
de su vida, ni morirán por el castigo o por la ira divina, sino que
completarán el número de los días de su vida. Su vida será aumentada en
paz y sus años de regocijo serán multiplicados en eterna alegría y paz
por todos los días de su vida.
Capítulo 6
1 Así sucedió, que cuando en aquellos días
se multiplicaron los hijos de los hombres, les nacieron hijas hermosas y
bonitas;
2 y los Vigilantes, hijos del cielo las
vieron y las desearon, y se dijeron unos a otros: "Vayamos y escojamos
mujeres de entre las hijas de los hombres y engendremos hijos".
(Gn 6:1-4)
3 Entonces Shemihaza que era su jefe, les
dijo: "Temo que no queráis cumplir con esta acción y sea yo el único
responsable de un gran pecado".
4 Pero ellos le respondieron: "Hagamos
todos un juramento y comprometámonos todos bajo un anatema a no
retroceder en este proyecto hasta ejecutarlo realmente".
5 Entonces todos juraron unidos y se
comprometieron al respecto los unos con los otros, bajo anatema.
6 Y eran en total doscientos los que
descendieron sobre la cima del monte que llamaron "Hermon", porque sobre
él habían jurado y se habían comprometido mutuamente bajo anatema.
7 Estos son los nombres de sus jefes:
Shemihaza, quien era el principal y en orden con relación a él, Ar'taqof,
Rama'el, Kokab'el, -'el, Ra'ma'el, Dani'el, Zeq'el, Baraq'el, 'Asa'el,
Harmoni, Matra'el, 'Anan'el, Sato'el, Shamsi'el, Sahari'el, Tumi'el,
Turi'el, Yomi'el, y Yehadi'el.
8 Estos son los jefes de decena.
Capítulo 7
1 Todos y sus jefes tomaron para sí mujeres
y cada uno escogió entre todas y comenzaron a entrar en ellas y a
contaminarse con ellas, a enseñarles la brujería, la magia y el corte de
raíces y a enseñarles sobre las plantas.
2 Quedaron embarazadas de ellos y parieron
gigantes de unos tres mil codos de altura que nacieron sobre la tierra y
conforme a su niñez crecieron;
3 y devoraban el trabajo de todos los hijos
de los hombres hasta que los humanos ya no lograban abastecerles.
4 Entonces, los gigantes se volvieron
contra los humanos para matarlos y devorarlos;
(Sal 14:4; Mi 3:3)
5 y empezaron a pecar contra todos los
pájaros del cielo y contra todas las bestias de la tierra, contra los
reptiles y contra los peces del mar y se devoraban los unos la carne de
los otros y bebían sangre.
(Jr 12:4)
6 Entonces la tierra acusó a los impíos por
todo lo que se había hecho en ella.
(Gn 6:5-11,13; Ap 12:16)
Capítulo 8
1 Y 'Asa'el enseñó a los hombres a fabricar
espadas de hierro y corazas de cobre y les mostró cómo se extrae y se
trabaja el oro hasta dejarlo listo y en lo que respecta a la plata a
repujarla para brazaletes y otros adornos. A las mujeres les enseñó
sobre el antimonio, el maquillaje de los ojos, las piedras preciosas y
las tinturas
2 Y entonces creció la mucho impiedad y
ellos tomaron los caminos equivocados y llegaron a corromperse en todas
las formas.
3 Shemihaza enseñó encantamientos y a
cortar raíces ; Hermoni a romper hechizos , brujería, magia y
habilidades afines; Baraq'el los signos de los rayos; Kokab'el los
presagios de las estrellas; Zeq'el los de los relámpagos; -'el enseñó
los significados; Ar'taqof enseñó las señales de la tierra; Shamsi'el
los presagios del sol; y Sahari'el los de la luna, y todos comenzaron a
revelar secretos a sus esposas.
4 Como parte de los hombres estaban siendo
aniquilados, su grito subía hasta el cielo.
(Ex 3:7-9)
Capítulo 9
1 Entonces Miguel, Sariel, Rafael y Gabriel
observaron la tierra desde el santuario de los cielos y vieron mucha
sangre derramada sobre la tierra y estaba toda llena de la injusticia y
de la violencia que se cometía sobre ella.
2 Considerando esto, los cuatro fueron y se
dijeron: "el grito y el lamento por la destrucción de los hijos de la
tierra sube hasta las puertas del cielo".
3 Y dijeron a los santos del cielo: "Es
ahora a vosotros a quienes las almas de los hijos de los hombres
suplican diciendo 'llevad nuestra causa ante el Altísimo, nuestra
destrucción ante la gloria majestuosa y ante el Señor de todos los
señores' en cuanto a majestad".
4 Y Rafael, Miguel, Sariel y Gabriel
dijeron al Señor del mundo: "Tú eres nuestro gran Señor, el Señor del
mundo, el Dios de dioses, el Señor de señores y el Rey de reyes; los
cielos son el trono de tu gloria por todas las generaciones que existen
desde siempre; toda la tierra es el escabel ante ti para siempre, y tu
nombre es grande, santo y bendito por toda la eternidad.
5 "Eres tú quien todo lo ha creado y en ti
reside el poder sobre todas las cosas; todo es descubierto en toda su
desnudez ante ti; tú lo ves todo y nada se te puede esconder.
(1Cr 29:10-12, Hb4:13)
6 "Tú has visto lo que ha hecho 'Asa'el,
como ha enseñado toda injusticia sobre la tierra y revelado los secretos
eternos que se cumplen en los cielos;
7 y lo que ha enseñado a los humanos
Shemihaza, al que tú habías dado la facultad de gobernar sobre sus
compañeros.
8 "Ellos han ido hacia las hijas de los
hombres y se han acostado con ellas y se han profanado a sí mismos
descubriéndoles todo pecado.
9 "Luego, estas mujeres han parido en el
mundo gigantes, por lo que la tierra se ha llenado de sangre e
injusticia.
(Gn 6:4,5,11)
10 "Y ahora mira que las almas de los que
han muerto gritan y se lamentan hasta las puertas del cielo y su gemido
ha subido y no puede cesar debido a la injusticia que se comete en la
tierra.
(Ap 6:10)
11 "Pero tú que conoces todas las cosas
antes de que sucedan, tú que sabes aquello, tú los toleras y no nos
dices qué debemos hacerles al observar eso".
(Ha 1:2-4)
Capítulo 10
1 Entonces el Altísimo, Grande y Santo
habló y envió a Sariel al hijo de Lamec.
2 Y le dijo: "Ve hacia Noé y dile en mi
nombre, 'escóndete'; y revélale la consumación que viene, pues la tierra
entera va a perecer, un diluvio está por venir sobre toda la tierra y
todo lo que se encuentre sobre ella perecerá.
3 "En seguida enseña al Justo, al hijo de
Lamec, lo que debe hacer para preservar su alma para la vida y escapar
definitivamente, pues por él será sembrada una planta y serán
establecidas todas las generaciones".
4 Y además, el Señor le dijo a Rafael: "Encadena
a 'Asa'el de pies y manos, arrójalo en las tinieblas, abre el desierto
que está en Dudael y arrójalo en él;
5 bota sobre él piedras ásperas y cortantes,
cúbrelo de tinieblas, déjalo allí eternamente sin que pueda ver la luz,
6 y en el gran día del Juicio que sea
arrojado al fuego.
7 "Después, sana la tierra que los
Vigilantes han corrompido y anuncia su curación, a fin de que se sanen
de la plaga y que todos los hijos de los hombres no se pierdan debido al
misterio que los Vigilantes descubrieron y han enseñado a sus hijos.
(Jl 2:22)
8 "Toda la tierra ha sido corrompida por
medio de las obras que fueron enseñadas por 'Asa'el, impútale entonces
todo pecado".
9 Y el Señor dijo a Gabriel: "Procede
contra los bastardos y réprobos hijos de la fornicación y haz
desaparecer a los hijos de los Vigilantes de entre los humanos y hazlos
entrar en una guerra de destrucción, pues no habrá para ellos muchos
días.
10 "Ninguna petición en su favor será
concedida, pues esperan vivir una vida eterna o que cada uno viva
quinientos años.
11 Y a Miguel le dijo el Señor: ve y
anuncia a Shemihaza y a todos sus cómplices que se unieron con mujeres y
se contaminaron con ellas en su impureza,
12 ¡que sus hijos perecerán y ellos verán
la destrucción de sus queridos! Encadénalos durante setenta generaciones
en los valles de la tierra hasta el gran día de su juicio.
(2P 2:4; Judas 6)
13 "En esos días se les llevará al abismo
de fuego, a los tormentos y al encierro en la prisión eterna.
(Ap 20:10)
14 "Todo el que sea condenado, estará
perdido de ahí en adelante y será encadenado con ellos hasta la
destrucción de su generación. Y en la época del juicio que yo juzgaré,
perecerán por todas las generaciones.
15 "Destruye todos los espíritus de los
bastardos y de los hijos de los Vigilantes porque han hecho obrar mal a
los humanos.
16 "Destruye la opresión de la faz de la
tierra, haz perecer toda obra de impiedad y haz que aparezca la planta
de justicia; ella será una bendición y las obras de los justos serán
plantadas en alegría para siempre.
17 "En ese tiempo todos los justos
escaparán y vivirán hasta que engendren millares. Todos los días de
vuestra juventud y vuestra vejez se completarán en paz.
18 "Entonces toda la tierra será cultivada
en justicia y toda ella será plantada de árboles y llena de bendición.
19 "Todos los árboles de la tierra que
deseen serán plantados en ella y sembrarán allí viñas y cada una de
ellas producirá mil jarras de vino y cada semilla producirá mil medidas
por una, y una medida de aceitunas producirá diez lagares de aceite.
20 "Y limpia tú la tierra de toda opresión,
de toda violencia, de todo pecado, de toda impiedad y de toda maldad que
ocurre en ella y hazles desaparecer de la tierra.
21 "Y todos los hijos de los hombres
llegarán a ser justos y todas las naciones me adorarán, se dirigirán en
oración a mí y me alabarán.
22 "Y la tierra estará limpia de toda
corrupción, de todo pecado, de todo castigo y de todo dolor y yo no
enviaré más plagas sobre la tierra, hasta las generaciones de las
generaciones ni por toda la eternidad.
Capítulo 11
1 "Y en esos días abriré los tesoros de
bendición que están en el cielo, para hacerlos descender sobre la tierra,
sobre las obras y el trabajo de los hijos de los hombres
2 "Y la paz y la verdad estarán unidas
todos los días del mundo y por todas las generaciones
Capítulo 12
1 Ante esos sucesos Enoc había sido
ocultado y no había ningún humano que supiera dónde fue escondido ni
dónde están ni qué le sucedió.
(Gn 5:24; Si 44:16; Sb 4:10,11; Hb 11:5)
2 El hacía todas sus acciones con los
Vigilantes y pasaba sus días con los santos.
3 Así, yo Enoc estaba comenzando a bendecir
al Señor de majestad, al Rey de los tiempos, y he aquí que el Vigilante
del gran Santo me llamó a mí, Enoc el escribiente y me dijo:
4 "Enoc, escriba de justicia, ve a los
Vigilantes del cielo que han abandonado las alturas del cielo, el eterno
lugar santo y que se han contaminado con las mujeres haciendo como hacen
los hijos de los hombres, y han tomado mujeres y han forjado una gran
obra de corrupción sobre la tierra, y hazles saber
5 que no habrá para ellos paz ni redención
de su pecado.
6 "Y así como gozaron a causa de sus hijos
ellos verán la muerte de sus bienamados y llorarán por la pérdida de sus
hijos y suplicarán eternamente, pero no habrá para ellos misericordia ni
paz".
Capítulo 13
1 Luego, Enoc se fue y le dijo a 'Asa'el:
"No habrá paz para ti, contra ti ha sido pronunciado un gran juicio para
encadenarte.
2 "No habrá para ti ni tregua ni
intercesión, porque has enseñado la injusticia y a causa de todas las
obras de impiedad, violencia y pecado que has enseñado a los humanos.
3 Y avanzando les hablé a todos ellos y
todos temieron y se espantaron y el temblor se apoderó de ellos.
4 Me suplicaron que elevara una petición
por ellos para que pudieran encontrar perdón por sus pecados y que la
leyera en presencia del Señor del cielo.
5 Porque desde entonces ellos no pueden
hablar a Dios ni levantar sus ojos al cielo, debido a la vergüenza por
los crímenes por los cuales fueron condenados.
6 Entonces escribí su oración con todas sus
peticiones por sus almas y por cada una de sus obras y por lo que
suplicaban todos, que hubiera para ellos perdón y larga vida.
7 Fui y me senté junto a las aguas de Dan,
en la tierra de Dan, al sur del Hermonín, a su lado occidental y estuve
leyendo el libro donde anoté sus peticiones, hasta que me dormí.
8 He aquí que me vinieron sueños y cayeron
sobre mí visiones hasta que levanté mis párpados a las puertas del
palacio del cielo y vi una visión del rigor del castigo. Y vino una voz
y me dijo: "Habla a los hijos del cielo para reprenderles".
9 Cuando desperté fui a ellos. Todos
estaban reunidos juntos y sentados llorando, en la Fuente del Llanto que
está entre el Líbano y Senir, con los rostros cubiertos.
10 Conté delante de ellos todas las
visiones que había visto en sueños y me puse a hablar con palabras de
justicia y de visión y a reprender a los Vigilantes celestiales.
Capítulo 14
1 Este es el libro de las palabras de la
verdad y de la reprensión de los Vigilantes que existen desde siempre
según lo ordenó el Gran Santo en el sueño que tuve.
2 En esta visión vi en mi sueño lo que digo
ahora con la lengua de carne, con el aliento de mi boca, que el Grande
ha dado a los humanos para que hablen con ella y para que comprendan en
el corazón. Así como Dios ha creado y destinado a los hijos de los
hombres para que entiendan las palabras de conocimiento, así me ha
creado, hecho y destinado a mí para que reprenda a los Vigilantes, a los
hijos del cielo.
3 Vigilantes: yo escribí vuestra petición y
en una visión se me reveló que no será concedida nunca y que habrá
juicio por decisión y decreto contra vosotros,
4 que a partir de ahora no volveréis al
cielo y por todas las épocas no subiréis,
5 porque ha sido decretada la sentencia
para encadenaros en las prisiones de la tierra por toda la eternidad.
6 Pero antes veréis que todos vuestros
seres queridos irán a la destrucción con todos sus hijos y las riquezas
de tus seres queridos y de sus hijos no las disfrutaréis y ellos caerán
en vuestra presencia por la espada de destrucción.
7 Pues vuestra petición por ellos ni la
petición por vosotros serán concedidas. Continuaréis pidiendo y
suplicando y mientras lloráis no pronunciéis ni una palabra del texto
que he escrito.
8 Esto me fue revelado en la visión: He
aquí que las nubes me llamaban, la neblina me gritaba y los relámpagos y
truenos me apremiaban y me despedían y en la visión los vientos me
hacían volar, me levantaban en lo alto, me llevaban y me entraban en los
cielos.
9 Entré en ellos hasta que llegué al muro
de un edificio construido con piedras de granizo, rodeado y cercado
completamente con lenguas de fuego que comenzaron a asustarme.
(Ac 2:3)
10 Entré por esas lenguas de fuego hasta
que llegué a una casa grande construida con piedras de granizo cuyos
muros. eran como planchas de piedra; todas ellas eran de nieve y su
suelo estaba hecho de nieve
11 Su techo era como relámpagos y trueno y
entre ellos querubines de fuego y su cielo era de agua.
12 Un fuego ardiente rodeaba todos sus
muros cercándolos por completo y las puertas eran de fuego ardiente.
13 Entré en esta casa que era caliente como
fuego y fría como nieve. No había en ella ninguno de los placeres de la
vida. Me consumió el miedo y el temblor se apoderó de mí.
14 Tiritando y temblando caí sobre mi
rostro y se me reveló una visión:
15 He aquí que vi una puerta que se abría
delante de mí y otra casa que era más grande que la anterior, construida
toda con lenguas de fuego.
16 Toda ella era superior a la otra en
esplendor, gloria y majestad, tanto que no puedo describiros su
esplendor y majestad.
17 Su piso era de fuego y su parte superior
de truenos y relámpagos y su techo de fuego ardiente.
18 Me fue revelada y vi en ella un trono
elevado cuyo aspecto era el del cristal y cuyo contorno era como el sol
brillante y tuve visión de querubín.
19 Por encima del trono salían ríos de
fuego ardiente y yo no resistía mirar hacia allá.
20 La Gran Gloria tenía sede en el trono y
su vestido lucía más brillante que el sol y más blanco que cualquier
nieve;
21 ningún ángel podía entrar verle la cara
debido a la magnífica Gloria y ningún ser de carne podía mirarlo.
22 Un fuego ardiente le rodeaba y un gran
fuego se levantaba ante Él. Ninguno de los que le rodeaba podía
acercársele y multitudes y multitudes estaban de pie ante Él y Él no
necesitaba consejeros.
23 Y las santidades de los santos que
estaban cerca de Él no se alejaban durante la noche ni se separaban de
Él.
24 Yo hasta este momento estaba postrado
sobre mi rostro, temblando y el Señor por su propia boca me llamó y me
dijo: "Ven aquí Enoc y escucha mi Palabra".
25 Y vino a mí uno de los santos, me
despertó, me hizo levantar y acercarme a la puerta e incliné hacia abajo
mi cabeza.
Capítulo 15
1 Y él me correspondió y me habló y yo oí
su voz: "No temas Enoc, hombre de justo, escriba de justicia; acércate y
escucha mi voz.
2 "Ve y dile a los Vigilantes del cielo que
te han enviado a suplicar por ellos: 'A vosotros corresponde interceder
por los humanos y no a los humanos por vosotros'.
3 '¿Por qué habéis abandonando el cielo
alto, santo y eterno, os habéis acostado con mujeres y profanado a
vosotros mismos con las hijas de los hombres y tomado esposas como los
hijos de la tierra y habéis engendrado hijos gigantes?.
4 'Vosotros que fuisteis santos
espirituales viviendo una vida eterna os habéis manchado con la sangre
de las mujeres y habéis engendrado con la sangre de la carne y como los
hijos del hombre habéis deseado después carne y sangre como aquellos que
mueren y perecen' .
5 "Por eso yo les he dado a ellos mujeres
para que las fecunden y engendren hijos por ellas y para que así no
falten ellos sobre la tierra."
6 'En cuanto a vosotros, fuisteis primero
espirituales, viviendo una vida eterna, inmortal por todas las
generaciones del mundo;
7 por ello no se os han atribuido mujeres,
pues la morada de los espíritus del cielo es el cielo' .
8 "Y ahora, los gigantes que han nacido de
los espíritus y de la carne, serán llamados en la tierra espíritus
malignos y sobre la tierra estará su morada.
9 "Los espíritus malos proceden de sus
cuerpos, porque han nacido de humanos y de los santos Vigilantes es su
comienzo y origen primordial. Estarán los espíritus malos sobre la
tierra y serán llamados espíritus malos.
10 "Los espíritus del cielo tienen su casa
en el cielo y los espíritus de la tierra que fueron engendrados sobre la
tierra tienen su casa en la tierra.
11 "Y los espíritus de los gigantes, de los
Nefilim, que afligen, oprimen, invaden, combaten y destruyen sobre la
tierra y causan penalidades, ellos aunque no comen tienen hambre y sed y
causan daños.
12 "estos espíritus se levantarán contra
los hijos de los hombre y contra las mujeres porque de ellos proceden.
Capítulo 16
1 "Después de la muerte de los gigantes
cuando los espíritus han salidos de su cuerpo, su carne será destruida
antes del juicio. Serán así destruidos hasta el día de la gran
consumación, del gran juicio en el cual el tiempo terminará para los
Vigilantes e impíos y seréis totalmente consumados.
2 "Y ahora, a los Vigilantes, que te han
enviado a suplicar por ellos, que en otra época habitaban en el cielo,
diles:
3 'Vosotros estabais en el cielo pero todos
los misterios no se os habían revelado. No habéis conocido sino un
misterio indigno y en el endurecimiento de vuestro corazón lo habéis
comunicado a las mujeres y por ese misterio ellas y los hombres han
multiplicado el mal sobre la tierra' .
4 "Diles pues: 'No tendréis paz'".
Capítulo 17
1 Después me llevaron a un sitio cuyos
habitantes son como el fuego ardiente, pero cuando desean aparecen como
humanos.
2 Me llevaron a la casa de la tempestad,
sobre una montaña cuya cima tocaba el cielo,
3 y vi las mansiones de las luminarias y
los tesoros de las estrellas y del trueno, en los extremos del abismo
donde están el arco de fuego, sus flechas y carcaj, la espada de fuego y
todos los relámpagos.
4 Luego me llevaron hasta las aguas de vida
y hasta el fuego del occidente, el que recogió todas las puestas de sol.
5 Llegué hasta un río de fuego cuyas llamas
corren como agua y desemboca en el gran mar que esta al lado del
poniente;
6 vi grandes ríos y llegué a una gran
oscuridad y hasta donde ningún ser carnal camina;
7 vi las montañas de las tinieblas de
invierno y el sitio hacia donde fluyen todas las aguas del abismo;
8 y vi la desembocadura de todos los ríos
de la tierra y la desembocadura del abismo.
Capítulo 18
1 Vi los tesoros de los vientos y vi que
con ellos Él ha adornado toda la creación y los cimientos de la tierra;
2 y vi también la piedra angular de la
tierra y los cuatro vientos que sostienen la tierra y el firmamento;
3 vi como los vientos extienden el velo del
cielo en lo alto y cómo tienen su puesto entre el cielo y la tierra: son
las columnas del cielo;
4 vi los vientos que hacen girar y que
conducen por las órbitas del sol y de los astros en sus estancias;
5 vi los vientos que sostienen las nubes
sobre la tierra; vi los caminos de los ángeles; vi en los confines de la
tierra el firmamento en lo alto.
6 Después fui al sur y vi un sitio que
ardía día y noche, en donde se encontraban siete montañas de piedras
preciosas, tres del lado oriental y tres del lado del mediodía.
7 Así, entre las que estaban en el oriente,
una era de piedra multicolor, una de perlas, y la otra de piedras
medicinales; y las que estaban en el sur eran de piedra roja.
8 La del medio se elevaba hasta el cielo
como el trono del Señor y la parte alta del trono era de zafiro.
9 Yo vi un fuego ardiente, y más allá de
esas montañas
10 está una región donde termina la gran
tierra, y ahí culminan los cielos.
11 Luego me fue mostrado un profundo abismo
entre columnas de fuego celeste, y vi en él columnas de fuego que
descendían al fondo y cuya altura y profundidad eran inconmensurables;
12 y más allá de este abismo vi un sitio
sobre el cual no se extendía el firmamento, bajo el cual no había
tampoco cimientos de la tierra; sobre el que no había ni agua ni pájaros,
sino que era un lugar desierto y terrible.
13 Allí vi siete estrellas parecidas a
grandes montañas, que ardían, y cuando pregunté sobre esto,
14 El ángel me dijo: "Este sitio es el
final del cielo y de la tierra; ha llegado a ser la prisión de las
estrellas y de los poderes del cielo.
15 "Las estrellas que ruedan sobre el fuego
son las que han transgredido el mandamiento del Señor, desde el comienzo
de su ascenso, porque no han llegado a su debido tiempo;
16 y Él se irritó contra ellas y las ha
encadenado hasta el tiempo de la consumación de su culpa para siempre,
en el año del misterio".
Capítulo 19
1 Después Sariel me dijo: " Aquí estarán
los Vigilantes que se han conectado por su propia cuenta con mujeres.
Sus espíritus asumiendo muy diversas apariencias se han corrompido y han
descarriado a los humanos para que sacrifiquen a demonios y dioses,
hasta el día del gran juicio, en que serán juzgados y encontrarán su
final.
2 "En cuanto a sus mujeres, las que fueron
seducidas por los Vigilantes, se volverán sosegadas".
3 Yo Enoc, solo, he visto la visión, el
final de todas las cosas y ningún humano ha visto lo que yo he visto.
Capítulo 20
1 He aquí los nombres de los santos ángeles
que vigilan:
(Ap 8:2)
2 Uriel, uno de los santos ángeles, llamado
el del trueno y el temblor;
3 Rafael, otro de los santos ángeles, el de
los espíritus de los humanos;
(Tb 12:15)
4 Ra'u'el, otro de los santos ángeles, que
se venga del mundo de las luminarias;
5 Miguel, otro de los santos ángeles,
encargados de la mejor parte del la humanidad y del pueblo;
(Dn 10:13,21, 12:1; Judas 9; Ap 12:7)
6 Sariel, otro de los santos ángeles,
encargado de los espíritus de los hijos de los hombres que pecan en
espíritu;
7 Gabriel; otro de los santos ángeles,
encargado del paraíso, las serpientes y los querubines;
(Dn 8:16, 9:21; Lc:1:19,26) (Gn 3:24; Ex 25:18-22; Ez 10:4-5)
8 Remeiel, otros de los santos ángeles, al
que Dios ha encargado de los resucitados.
(Mt 28:2,5; Mc 16:5)
Capítulo 21
1 Después volví hasta donde todo era
caótico;
2 y allá vi algo horrible: no vi ni cielo
en lo alto ni tierra firme fundamentada, sino un sitio informe y
terrible.
3 Vi allí cuatro estrellas del cielo
encadenadas que parecían grandes montañas ardiendo como fuego.
4 Entonces pregunté: "¿Por qué pecado están
encadenadas y por qué motivo han sido arrojadas acá?".
5 Uriel el Vigilante y el Santo que estaba
conmigo y me guiaba, me dijo: "Enoc ¿por qué preguntas y te inquietas
por la verdad?.
6 Esta cantidad de estrellas de los cielos
son las que han transgredido el mandamiento del Señor y han sido
encadenadas aquí hasta que pasen diez mil años, el tiempo impuesto según
sus pecados.
7 Desde allí pasé a otro lugar más terrible
que el anterior y vi algo horrible: había allá un gran fuego ardiendo y
flameando y el lugar tenía grietas hasta el abismo, llenas de columnas
descendentes de fuego, pero no pude ver ni sus dimensiones ni su
magnitud ni haría conjeturas.
8 Entonces dije: "¡Qué espantoso y terrible
es mirar este lugar!".
9 Contestándome, Uriel el Vigilante y el
Santo, que estaba conmigo me dijo: "Enoc ¿por qué estás tan atemorizado
y espantado?". Le respondí: "Es por este lugar terrible y por el
espectáculo del sufrimiento"..
10 Y él me dijo: "Este sitio es la prisión
de los ángeles y aquí estarán prisioneros por siempre".
Capítulo 22
1 Desde allí fui a otra parte, a una
montaña de roca dura;
2 había ahí cuatro pozos profundos, anchos
y muy lisos. Y dije: "¡Qué lisos son estos huecos y qué profundos y
oscuros se ven!".
3 En ese momento, Rafael el Vigilante y el
Santo, que estaba conmigo, me respondió diciendo:"Estas cavidades han
sido creadas con el siguiente propósito; que los espíritus de las almas
de los muertos puedan reunirse y que todas las almas de los hijos de los
hombres se reúnan ahí. Así pues esos son los pozos que les servirán de
cárcel;
4 "Están hechos para tal cosa, hasta el día
en que sean juzgados hasta momento del gran juicio que se les hará el
último día".
(Sal 68:19; Ef 4:9; 1P 3:19,20)
5 Vi allí al espíritu de un hombre muerto
acusando, y su lamento subía hasta el cielo, gritando y acusando.
6 Entonces pregunté a Rafael el Vigilante y
el Santo, que estaba conmigo: "¿De quién es este espíritu que está
acusando que se queja de tal modo que sube hasta el cielo gritando y
acusando?".
7 Me respondió diciendo: "Este es el
espíritu que salió de Abel, a quien su hermano Caín asesinó; él lo acusa
hasta que su semilla sea eliminada de la faz de la tierra y su semilla
desaparezca dl linaje de los hombres".
8 Entonces pregunté observando todos los
pozos: "¿Por qué están separados unos de otros?"
9 Me respondió diciendo: "Esos tres han
sido hechos para que los espíritus de los muertos puedan estar separados.
Así una división ha sido hecha para los espíritus de los justos, en la
cual brota una fuente de agua viva.
(Jn 4:14, 7:38)
10 "Y así ha sido hecha ésta para los
pecadores cuando mueren y son sepultados y no se ha ejecutado juicio
contra ellos en vida.
11 "Aquí sus espíritus serán colocados
aparte, para esta gran pena, hasta el día del gran juicio y castigados y
atormentados para siempre quienes merecen tal retribución por sus
espíritus.
12 "Esta división ha sido separada para
quienes presentan su queja y denuncian su destrucción cuando fueron
asesinados en los días de los pecadores.
13 También ha sido hecha ésta para los
espíritus de los hombres que no fueron justos sino pecadores, para todos
los transgresores y los cómplices de la trasgresión; que en el día del
juicio serán afligidos fuera de allí, pero no serán resucitados desde
allí".
14 Entonces bendije al Señor de Majestad y
dije: "Bendito sea el juicio de justicia y bendito sea el Señor de
Majestad y Justicia que es el Señor del mundo".
Capítulo 23
1 Desde allí fui transportado a otro lugar
al occidente, en las extremidades de la tierra;
2 me fue mostrado un fuego que corría sin
descanso y sin interrumpir su carrera ni de día ni de noche,
permaneciendo constante, mientras tanto.
3 Yo pregunté diciendo: "¿Qué es esto que
no tiene reposo alguno?".
4 Me respondió Ra'u'el: "La función de este
fuego que corre hacia el occidente es guiar a todas las luminaras del
cielo.
Capítulo 24
1 Y me mostró las montañas: el suelo entre
ellas era de fuego ardiente y llameaba por las noches.
2 Fui hacia allá y vi siete montañas
magníficas, diferentes entre sí y de piedras preciosas y hermosas y
todas eran espléndidas, de apariencia gloriosa y bello aspecto: tres por
el oriente, apoyadas una contra la otra; y tres por el sur, una bajo la
otra; y vi cañadas profundas y sinuosas, ninguna de las cuales se unía a
las demás.
3 La séptima montaña estaba en medio de
todas, superándolas en altura a la manera de un trono, rodeada por
árboles aromáticos,
4 entre los cuales había un árbol cuyo
perfume yo no había olido nunca y no había perfume similar entre estos
ni entre los demás árboles: exhala una fragancia superior a cualquiera y
sus hojas, flores y madera no se secan nunca, su fruto es hermoso y se
parece a los dátiles de las palmas.
5 Entonces dije: ""¿Qué árbol tan hermoso!
Es bello a la vista, su follaje gracioso y su fruto tiene un aspecto muy
agradable".
6 Entonces, Miguel el Vigilante y santo,
que estaba conmigo y que estaba encargado de esos árboles, me contestó.
Capítulo 25
1 Y él me dijo: " Enoc, para qué me
preguntas por el perfume de ese árbol y para qué quieres saber la verdad?".
2 Entonces, yo, Enoc, le respondí así: "Deseo
aprender de todo, pero especialmente acerca de este árbol".
3 Y él me contestó diciendo: Esta montaña
alta que has visto y cuya cima es como el trono de Dios, es su trono,
donde se sentará el Gran Santo, el Señor de Gloria, el Rey Eterno,
cuando descienda a visitar la tierra con bondad.
4 "No se permite que ningún ser de carne
toque este árbol aromático, hasta el gran juicio cuando Él se vengará de
todo y llevará todas las cosas a su consumación para siempre, pero
entonces será dado a los justos y a los humildes.
5 "Su fruto servirá como alimento a los
elegidos y será transplantado al lugar santo, al templo del Señor, el
Rey Eterno.
6 Entonces ellos se regocijarán y estarán
alegres; entrarán en el lugar santo y la fragancia penetrará sus huesos;
y ellos vivirán una larga vida, tal y como la que sus antepasados
vivieron. En sus días no los tocará ningún sufrimiento ni plaga ni
tormento ni calamidad."
7 Entonces bendije al Dios de la Gloria, al
Rey Eterno, porque había preparado tales cosas para los humanos, para
los justos. Estas cosas Él las ha creado y ha prometido dárselas.
Capítulo 26
1 Fui trasladado desde allí hasta el centro
de la tierra y vi un lugar bendito en el cual había árboles cuyas ramas
brotaban permanentemente.
2 Allí me fue mostrada una montaña santa y
salía agua de debajo de la montaña, desde el oriente y descendiendo
hacia el sur.
3 Y vi al oriente otra montaña más alta que
aquella y entre ellas un cañón profundo y angosto por el que corría el
agua que salía de la montaña.
4 Y al occidente otra montaña, más baja que
la anterior, poco elevada, y por debajo, entre las dos, una hondonada
profunda y seca, y otra hondonada entre las tres montañas.
5 Todas eran barrancos profundos de roca
dura y no había árboles plantados en ellos.
6 Yo me maravillaba de las montañas y me
asombraba de los barrancos, me asombraba demasiado.
Capítulo 27
1 Entonces dije: "¿Por qué esta tierra está
bendita y llena de árboles y en medio están estos barrancos malditos?"
2 Entonces Sariel, el Vigilante y el santo,
que estaba conmigo, me respondió y dijo: "Este barranco maldito es para
aquellos que están malditos para siempre; ahí serán reunidos todos los
malditos que con su boca pronuncian palabras indecorosas contra el Señor
y ofenden su Gloria, ahí serán reunidos y ahí estará el lugar de su
juicio.
(2P 2:10; Judas 15)
3 El los últimos tiempos se ejecutará sobre
ellos en justicia el espectáculo del juicio, en presencia de los justos
para siempre; ahí se manifestará la misericordia y la bendición del
Señor de Gloria y el Rey Eterno.
4 El día del juicio sobre los anteriores,
ellos le bendecirán por la misericordia que les ha reservado.
5 Entonces yo bendije al Señor de Gloria,
promulgué su Gloria y alabé su grandeza.
Capítulo 28
1 Fui desde allí hacia el oriente, en medio
de la cordillera del desierto y vi el desierto: estaba solitario y lleno
de árboles y plantas;
2 brotaba agua desde arriba,
3 acometiendo como un río caudaloso que
fluía hacia el noroeste llevando el agua y el rocío por todos lados.
Capítulo 29
1 Desde allí fui a otro lugar en el
desierto y me alejé mucho, hacia el oriente de este sitio.
2 Allí vi árboles silvestres que exudaban
perfumes de incienso y mirra y sus frutos son parecidos a las nueces.
Capítulo 30
1 Y más allá de ellos, me alejé muy al
oriente y vi otro gran lugar, con valles de muchas aguas,
2 en el que había cañas dulces aromáticas
semejantes al lentisco;
3 y en las orillas de estos valles vi el
fragante cinamomo. Y más allá de estos valles me alejé hacia el oriente.
Capítulo 31
1 Me fueron mostradas otras montañas y
también en ellas vi árboles de los cuales salía la resina llamada tsaru
y gálbano.
2 Más allá todos los árboles todos los
árboles estaban llenos de resina que era semejante a la corteza del
almendro.
3 Cuando se casca en estos árboles sale de
ellos un olor perfumado y cuando se muelen las cortezas son superiores a
cualquier perfume.
Capítulo 32
1 Más allá de tales montañas, hacia el
noreste de ellas, me fueron mostradas otras montañas, llenas de nardo
escogido, lentisco, cardamomo y pimienta.
2 desde allí continué hacia el oriente de
todas estas montañas, lejos de ellas, al oriente de la tierra, fui
llevado por encima del mar Rojo y me alejé mucho de él, pasé por encima
de la oscuridad, lejos de ella;
3 y fui llevado al lado del Paraíso de
Justicia, y me fueron mostrados desde lejos árboles en él, árboles
numerosos en exceso y grandes, diferentes unos de otros. Vi allí un
árbol que era distinto de todos los demás, muy grande, bello y magnífico,
el árbol de la sabiduría, los que comen de su fruto aprenden gran
sabiduría.
4 El árbol es tan alto como un abeto, sus
hojas se parecen a las del algarrobo y su fruto es como un racimo de
uvas, muy bonito; y la fragancia de ese árbol penetra hasta muy lejos.
5 Y yo dije: "¡Qué hermoso es este árbol y
cómo atrae mirarlo!".
6 Remeiel el Vigilante y el santo, que
estaba conmigo, me contestó y dijo: "Es el árbol de la sabiduría, del
cual comieron tu primer padre y tu primera madre y aprendieron la
sabiduría y sus ojos se abrieron y comprendieron que estaban desnudos y
fueron expulsados del jardín del Edén".
Capítulo 33
1 Desde allí fui hasta los confines de la
tierra y vi allí grandes bestias diferentes unas de otras y también
pájaros que diferían en sus aspectos, hermosura y trinos.
2 Al oriente de esas bestias vi el final de
la tierra, donde el cielo descansa, y donde se abren los portales del
cielo.
3 Vi como nacen las estrellas del cielos y
los portales de los que proceden y anoté las salidas de cada una de las
estrella, según su número, nombre, curso y posición y según su tiempo y
meses, según me las mostraba Uriel, uno de los Vigilantes.
4 Y me mostró y escribió para mí todo,
incluso escribió para mí sus nombres de acuerdo con sus tiempos.
Capítulo 34
1 Desde allí fui transportado a la
extremidad norte de la tierra y me fueron mostradas grandes obras:
2 Vi tres puertas del cielo abiertas; a
través de cada una de ellas vienen los vientos del norte y cuando soplan
hay frío, granizo, escarcha, nieve, rocío y lluvia.
3 Si salen por una sola de las puertas,
soplan para bien; pero cuando soplan a través de las otras dos es con
violencia y calamidad sobre la tierra pues soplan con fuerza.
Capítulo 35
1 Y desde allí fui hasta la extremidad
occidental de la tierra y vi tres puertas del cielo abiertas, el mismo
número de puertas y salidas que había visto en el oriente.
Capítulo 36
1 Desde allí fui transportado a la
extremidad sur de la tierra y allí me fueron mostradas sus tres puertas
abiertas del viento sur: para el rocío, la lluvia y el viento.
2 Y desde allí fui transportado al límite
oriental del cielo y vi las tres puertas orientales abiertas las tres
puertas orientales del cielo y encima de ellas unas puertas pequeñas
3 Por cada una de estas puertas pequeñas
pasan las estrellas del cielo y corren por el curso trazado para ellas
hacia el occidente.
4 Al ver esto bendije todo el tiempo al
Señor de Gloria, y continuaré bendiciendo al Señor de Gloria, que ha
realizado grandes y magníficos prodigios para mostrar la grandeza de su
obra a los ángeles, a los espíritus y a los humanos, para que ellos
puedan alabar esa obra, toda su creación, para que puedan ver la
manifestación de su poder y alaben la grandiosa obra de sus manos y le
bendigan por siempre.
Libro de las Parábolas
Capítulo 37
1 La segunda visión que él vio -visión de
sabiduría- que vio Enoc, hijo de Jared, hijo de Mahalalel, hijo de
Kainan, hijo de Enos, hijo de Set, hijo de Adán.
2 Este es el comienzo de las palabras
sabias que hice salir con mi voz, para hablarle y decirle a los
habitantes de la tierra: "Escuchad hombres de épocas pasadas y del
porvenir, las palabras del santo que habla en presencia del Señor de los
espíritus.
3 Fue excelente declararlas a los hombres
de antaño pero igualmente a los del porvenir, no vamos a negarles el
principio de sabiduría.
4 Hasta ahora tal sabiduría no ha sido dada
por el señor de los espíritus, pero yo la he recibido de acuerdo con mi
discernimiento y con el buen parecer del Señor de los espíritus gracias
a quien me ha sido dada mi parte en la vida eterna.
5 Tres parábolas me fueron comunicadas ya y
yo he elevado mi voz para relatarlas a quienes habitan sobre la tierra.
Capítulo 38
1 Primera Parábola.- Cuando aparezca la
asamblea de los justos y los pecadores sean juzgados por sus pecados y
expulsados de la superficie de la tierra.
2 cuando el Justo se manifieste a los ojos
de los justos, de los elegidos cuyas obras dependen del señor de los
espíritus; cuando la luz brille para los justos y para los elegidos que
habitan sobre la tierra: ¿Dónde estará entonces la morada de los
pecadores? ¿Dónde estará el lugar de descanso de quienes han renegado
del Señor de los espíritus? Habría sido mejor para ellos no haber nacido.
(Mc 14:21)
3 Cuando los misterios de los justos sean
manifiestos y los pecadores juzgados y expulsados de la presencia de los
justos y los elegidos,
4 desde ese momento los que dominan la
tierra no serán poderosos ni elegidos por más tiempo ni podrán ellos
mirar a la cara de los santos, porque será la luz del Señor de los
espíritus la que brillará sobre la cara de los santos, de los justos, de
los elegidos.
5 Entonces, los reyes y los poderosos
perecerán y serán entregados a las manos de los justos y de los santos.
(Sal 149 2:9)
6 Y de ahí en adelante nadie buscará para
ellos la misericordia del Señor de los espíritus porque su vida encontró
su final .
Capítulo 39
1 Y ocurrirá en esos días que los hijos de
los elegidos y santos descenderán de lo alto del cielo y su linaje
llegará a ser uno con el de los hijos de los hombres.
2 Enoc recibió los libros del celo y la ira
y los libros de la angustia y el destierro: "Nunca más obtendrán
misericordia", dijo el Señor de los espíritus.
3 Y las nubes me cubrieron, y el viento me
levantó de la superficie de la tierra y me dejó en el límite de los
cielos.
4 Allí tuve otra visión: vi el lugar donde
habitan los santos y el lugar de descanso de los justos.
5 Ahí contemplé con mis ojos las moradas en
medio de los ángeles de justicia y sus lugares de descanso entre los
santos. Mientras suplican y oran por los hijos de los hombres, la
justicia brota entre ellos como el agua y la misericordia se esparce
sobre ellos como el sobre el rocío sobre la tierra, por los siglos de
los siglos.
6 En ese lugar con mis ojos vi al Elegido
de Justicia y de Fe; la justicia prevalecerá en sus días y los justos y
los elegidos serán innumerables ante él por los siglos de los siglos.
7 Vi su morada bajo las alas del Señor de
los espíritus; todos los justos y los elegidos brillarán frente a él
como el resplandor del fuego; su boca estará llena de bendición; sus
labios glorificarán el nombre del Señor de los espíritus; y la justicia
y la verdad no fallarán ante él.
8 Yo deseaba vivir allí y mi espíritu
anhelaba esa morada: esa era desde antes mi herencia, tal y como había
sido establecida para mí ante el Señor de los espíritus.
9 En esos días alabé y ensalcé el nombre
del Señor de los espíritus con bendiciones y alabanzas porque Él me ha
destinado para la bendición y la gloria de acuerdo con el buen parecer
del Señor de los espíritus.
10 Por mucho tiempo mis ojos observaron ese
lugar y lo bendije a Él y lo alabé diciendo: "Bendito es Él y bendito
sea desde el principio y para siempre".
11 Ante Él no hay renuncia; Él sabe desde
antes de que el mundo fuera creado qué es para siempre y qué será de
generación en generación.
12 Aquellos que no duermen te bendicen;
ellos están ante tu Gloria y bendicen, alaban y ensalzan diciendo: "
Santo, Santo, santo es el Señor de los espíritus, Él llena la tierra con
espíritus".
13 Mis ojos vieron allá a todos aquellos
que no duermen, bendiciendo y diciendo: "Bendito seas tú y bendito sea
el nombre del Señor de los espíritus por los siglos de los siglos".
14 Mi rostro fue cambiado y no podía
sostener la mirada.
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