|
O b r a
d i s e ñ a d a y c r e a d a p o r
H é c t o r A. G a r c í a
[ver]
Historia de Puerto Rico
El Pirata Cofresí
Por: Cayetano Coll y
Toste
|
La goleta "Ana," navegando de bolina y orza(1), este, cuarta al nordeste, dobló punta Borinquen(2) e hizo frente a las embravecidas ondas del
mar del Norte, dejando las tranquilas aguas
del noroeste de la ensenada de Aguadilla.
--"Aferra el trinquete(3) y afloja foque(4) y mayor(5)", gritó
Cofresí al segundo de a bordo; y echémonos mar afuera
a ver si tenemos hoy buena fortuna a barlovento.
Las órdenes del pirata se cumplieron estrictas y la ligera nao
empezó a navegar velozmente con todo su aparejo
a vela llena. Las ondas se rompían impetuosas
en su proa y azotaban con sus espumas blanquizcas
la cubierta del barco. Las cuadernas de la
goleta crujían de vez en cuando. Detrás iba
quedando una estela de lechoso espumajo hirviente.
El horizonte estaba límpido, el cielo azul, y el brisote frescachón que
soplaba del este estaba fijo. La isla se iba perdiendo de vista. De cuando
en cuando una gaviota pasaba graznando sobre
la embarcación: parecía un pañuelo blanco
arrojado en el espacio.
--"Pilichi",
dijo Cofresí al grumete,
con soberbio ademán, "vé
a mi camarote
y tráeme el anteojo. Me
parece divisar algo
en lontananza".
Y el arrogante marino ponía la mano horizontal sobre las cejas,
como una visera, para enfocar bien su mirada
de águila y escudriñar las lejanías del mar.
Recibido el catalejo lo tendió diestramente
y, cierto de lo que presumía, por sus ojos
fulguró un relámpago, y gritó al contramaestre
con voz llena de fanfarria.
--"Hazte cargo del
timón, Galache, que
tenemos enemigos a la vista".
Era un brick(6) danés que conducía mercaderías de Nueva
York a San Thomas. Para tal época esa isla,
con su puerto franco, era un depósito de
grandes aprovisionamientos de telas,ferretería y artículos de lujo traídos de
Europa y Norte América para surtir las Antillas
y Venezuela. Cada vez se distinguía más claro
el confiado buque mercante. Cofresí pasó
al entrepuente de proa e hizo en su presencia
cargar el pedrero de bronce con un saquillo
de pólvora y abundante metralla. Después
se cercioró que estaba fuerte el montaje
de la cureña y firmes las gualderas. Entonces
marchó a popa donde reunió su gente, llamando
a cada uno por su nombre, y les dio sus instrucciones.
Revisó severamente machetes y cuchillos.
Hizo traer más armas blancas y ordenó ponerlas
en un sitio especial en el combés cerca del
palo del trinquete. Y tranquilamente se puso
a amolar, con sumo cuidado, su hacha de abordaje.
La gente del bergantín, al divisar la goleta, izó la bandera danesa en señal de saludo.
La velera "Ana" izó bandera de
muerte, es decir, la bandera negra de los
piratas. El brick ya no podía huir y afrontó
el peligro. La goleta era muy andadora y
se habla apropiado directamente al enemigo.
El bergantín estaba abarrotado en su carga.
Su tripulación comprendió que tenía que habérselas
con un barco pirata. Pronto la borda del
brick fue ocupada por diez rifleros alineados
que hicieron fuego de fusilaría. Eran malos
tiradores. Las balas atravesaron el velamen
de la "Ana" y algunas se incrustaron
en la obra muerta(7) del casco. Entonces las armas de fuego no
eran de repetición; de modo que mientras
las cargaban de nuevo los tiradores del bergantín,
la goleta se puso a doscientos pies de distancia
y le lanzó una descarga de metralla con el
pedrero de proa. El ruido del cañón impresionó
a los marineros del brick y antes que pudieran
disparar por segunda vez sus rifles, ya la
"Ana" estaba al abordaje, ceñida
al buque contrario por estribor.
Cofresí, hacha en mano, seguido de los suyos, saltó ágil y célere
al buque abordado y atacó cuerpo a cuerpo
a los defensores del brick. Estos no estaban
preparados para un combate al arma blanca.
Sonaron tres o cuatro tiros y quedó despejado
el entrepuente(8). Los marineros del bergantín se refugiaron
en las bodegas. Rápidamente se adueñó Cofresí
del buque dando muerte al timonel y a algunos marinos que
quedaron sobre cubierta. Después cerraron
las escotillas(9) y quedó preso bajo cubierta el resto de
la tripulación del brick. El capitán danés
estaba junto al palo de mesana, en un charco
de sangre, con la cabeza abierta de un hachazo.
Los cadáveres fueron arrojados al mar y empezó
el alijo de la sobrecubierta. En seguida
se saquearon las bodegas con suma precaución
y se trincaron bien los presos que iban apareciendo.
Luego de saqueado el bergantín se le dio
barreno, y se desatracó el pirata para verlo
hundirse. El brick dio una cabezada primero
y se inclinó de proa; después se fue sumergiendo
poco a poco hasta que de repente desapareció
bajo las aguas.
La "Ana" hizo entonces rumbo hacia
la Isla, que se divisaba a sotavento, y maniobró en
demanda de punta San Francisco para ocultarse
en Cabo Rojo.
El comercio de San Thomas estaba aterrado con las depredaciones de
Cofresí. Por fin el gobierno de Washington
intervino y dio orden al Almirantazgo de
castigar al pirata puertorriqueño. Pronto
llegó a conocimiento de Cofresí que un barco
de guerra norteamericano había venido a ayudar
a las autoridades de la Isla para capturarlo
o destruirlo. Entonces abandonó sus correrías
por aguas del Atlántico y se pasó al mar
Caribe.
Estando la "Ana" fondeada en el
puerto de Bocas del Infierno divisó en lontananza una vela,
y Cofresí con su velera nao salió prontamente
a apresarla. Pero esta vez fue por lana y
le zurraron la badana. Tan pronto estuvo
a tiro de cañón recibió un balazo en el bauprésque le hizo comprender que se las había con
un barco de guerra. No obstante, se le fue
encima valentísimo y le hizo fuego de fusilería
y cañón siendo recibido de igual modo. Viendo
la superioridad del contrario viró de redondo
y a todo trapo emprendió la huida. La goleta,
descalabrada, izó la escandalosa(10) sobre los cangrejos para escapar mejor,
utilizando el viento de popa que le soplaba.
Cofresí se puso al timón porque la "Ana"
era una nave de buen gobierno y muy veloz,
y dirigió la goleta paralelamente a la costa,
bojeando el sur y burlándose de sus perseguidores
hasta que la embarrancó en un bancal diestramente.
Echados un bote y una chalana al agua ganaron
los piratas la playa, librándose del buque
de guerra que no pudo alcanzarlos, ni maniobrar
con sus botes por aquellos sitios inabordables.
Ya en tierra dividió Cofresí su gente en dos grupos, dándoles por punto de reunión
la playa de Cabo Rojo. Antes enterraron lo
que pudieron salvar de la "Ana."
Cada grupo bien armado emprendió la fuga
por distinta vía.
Como las Milicias Disciplinadas estaban patrullando por aquella costa, pronto los dos grupos
tuvieron que batirse y abrirse campo a sangre
y fuego, volviendo a subdividirse, fatigados
y jadeantes, hasta que acosados por la caballería
tuvieron que rendirse a sus perseguidores.
El jefe pirata fue cogido después de reñida
refriega, todo cubierto de heridas.
Roberto Cofresí y Ramírez de Arellano(11), natural y vecino de Cabo Rojo, era un joven
altivo, de veintiséis años de edad, robusto,
valiente, audaz y de bravo aspecto. Unido
a quince compañeros de la piel del diablo,
eran el terror de estos mares antillanos
con sus piraterías.
Para satisfacer a la vindicta pública y asegurar el reposo y tranquilidad de estas
islas, fueron pasados por las armas en la
mañana del 29 de marzo de 1825. Un gentío
inmenso presenció el horroroso espectáculo
en el Campo del Morro. Un destacamento del
Regimiento de Infantería de Granada formó
el cuadro para conservar el orden. Una descarga
cerrada de un piquete de tiradores, a una
señal sigilosa convenida, hizo que once de
aquellos desgraciados pasaran a la eternidad.
Los otros habían muerto en los combates sostenidos
con las Milicias.
Satisfecha la curiosidad y llena de pavor dispersóse la muchedumbre
conmovida. Las tropas volvieron a sus cuarteles
a redoble de tambor. Y los cadáveres mutilados
por la justicia humana quedaron expuestos
al público por veinticuatro horas para escarmiento
de malhechores.
Los hermanos de la Caridad, que no comulgan
con el odio social, previo permiso del Gobierno,
dieron sepultura a aquellos cadáveres en
el cementerio de Santa María de la Magdalena.
Así terminaron el valiente Cofresí y sus intrépidos compañeros de correrías
piráticas. |
|
www.proyectosalonhogar.com
L a G r a n E n c ic l o
p e d i a I l u s t r a d a d e l P r o y e
c t o S a l ó n H o g a r |
|