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O b r a d i
s e ñ a d a y c r e a d a
p o r H é c t o r A. G a r c í a
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Historia de Puerto Rico
Invasión de la Isla
Ver imagenes de la invasion
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examenes de repaso
Cambio de soberanía
En 1895, año en que estalló el Grito de Baire en Cuba, se
abrieron perspectivas novedosas en la historia de la colonia. Desde aquel
momento España comenzó a jugar con su promesa de autonomía para desarmar a los
cubanos y, de paso, distanciar a los puertorriqueños de aquéllos. En noviembre
de 1897 se impuso a través de tres decretos una autonomía colonial
administrativa distinta de la que había aspirado Baldorioty de Castro, el
fundador del Partido Autonomista. Las tendencias de Labra habían vencido. La
organización política quedó irremediablemente dividida. La Carta Autonómica vino
a ser la manzana de la discordia entre los muñocistas y los barbosistas y, a la
vez, el último intento desesperado del imperio español por retener políticamente
a sus colonias antillanas. El esfuerzo fue en vano
Muchos puertorriqueños vieron aquello como un triunfo político
pero lo cierto es que, si lo fue, no sería muy duradero. En la medida en que la
guerra de independencia de Cuba se desarrollaba, los sectores de opinión y de
poder en Estados Unidos fueron tomando posiciones respecto a aquella situación.
Algunos grupos imperialistas respaldaban la intervención directa y el
cumplimiento del sueño de la expansión ultramarina. Después de todo, ya tenían
gran influencia económica en aquellos territorios. Incluso el anexionismo había
hecho notables avances entre la alta dirigencia de Cuba en armas y entre los
puertorriqueños que se habían organizado en la Sección Puerto Rico del Partido
Revolucionario Cubano. Otros sectores estadounidenses, conocidos como los
antiimperialistas, se resistían a ocupar territorios con diferencias étnicas y
culturales cuya población podía representar, incluso, una amenaza a las
oportunidades de los trabajadores nacionales.
Consecuentemente fueron los imperialistas, respaldados por una
activa campaña de prensa, los que vencieron en aquel proceso. Lo único que
necesitaban era una excusa para intervenir en el conflicto.
La oportunidad la
ofreció el hundimiento accidental del acorazado "Maine" en la bahía de La Habana
en febrero de 1898. En medio de la presión estadounidense, el gobierno
autonómico no tuvo ocasión de establecerse. De inmediato la sombra de una nueva
guerra arrebató los pocos derechos ganados. Puerto Rico volvió a ser gobernado
como un territorio en estado de sitio desde abril de 1898 hasta su entrega
definitiva a Estados Unidos en octubre de aquel año.
En general, la imagen que ofrece la guerra de 1898 en Puerto
Rico es que España se había quedado sola con su ejército y con algún fragmento
del liderato político. Tanto los incondicionales como los liberales autonomista
hicieron alarde de españolismo en aquel momento de tirantez. La derrota parecía
inevitable por lo que otros representantes del poder guardaron silencio en
espera del cambio. Las masas populares, los obreros, los libertos, la gente
común, las mujeres y amas de casa, las trabajadoras, no parecieron dispuestos a
mover un dedo para defender la soberanía española en la isla. Desde antes de la
guerra tenían razones para quejarse de la presencia hispánica aquí. Quizá eso
explique la ola de violencia contra todo tipo de autoridad que estalló a raíz de
la invasión. Las llamadas partidas sediciosas son un buen ejemplo de ello. La
violencia de clase y el ajuste de cuentas fue la orden del día en la campaña de
1898.
Expresiones culturales del sector criollo
Hay que considerar que en los últimos años del siglo 19 la
clase criolla había afirmado una expresión cultural distanciada de las masas
populares. En ese territorio no se trataba de ser liberales o conservadores. La
expresión cultural romántica de José Gautier Benítez, las influencias
simbolistas en la lírica de Muñoz Rivera, la vida cotidiana en las haciendas
tanto de café como de caña, todo se elaboraba con el fin consciente o
inconsciente de parecerse al europeo. Para la gente común esa no era una meta
accesible.
El pensamiento criollo de fines del siglo 19 podía
enorgullecerse de un José Julián Acosta o de un Salvador Brau. Los dos habían
sido portavoces de la ideología liberal en diversos momentos del siglo. Pero el
rescate de pensadores internacionales como Hostos no vendría sino más tarde
porque había barreras ideológicas, su separatismo y el destierro, que les
impedían entrar al canon cultural. La construcción de esa imagen de "lo nacional"
no dejaba de ser un ejercicio de las minorías letradas que representaban acaso
un 11 % de la población en 1898. Aquella nación en formación dejaba de ser
española 405 años después de su encuentro. Apenas en 1893 habían celebrado los
sectores de poder en la isla el Cuarto Centenario del Descubrimiento de Puerto
Rico.
(ampliar)
El interés de Estados Unidos de adquirir derechos sobre
alguna de las Antillas Mayores databa de mucho antes de la Guerra
Hispanoamericana. Thomas Jefferson, tercer presidente norteamericano
(1801-09), concebía que las Antillas Mayores estaban destinadas a girar en
la órbita de la nueva nación. En 1852, los Estados Unidos se interesaron
por la compra de la bahía de Samaná, en el N de la República Dominicana.
En Cuba, donde las inversiones norteamericanas eran cuantiosas, las
fricciones entre los intereses españoles y los norteamericanos era
frecuentes. La guerra entre España y los Estados Unidos se inició a raíz
de las alegaciones norteamericanas en torno a la explosión del crucero
Maine, que estaba anclado en la bahía de La Habana. El 17 de mayo de
1898 la escuadra estadounidense bombardeó San Juan de Puerto Rico
impactando la Iglesia san José (aqui en la imagen) y el 25 de julio
desembarcaron las primeras tropas en Guánica. La resistencia militar fue
escasa, y los 16.000 soldados del general Nelson A. Miles lograron el
control de la isla en menos de tres semanas.
El 10 de diciembre se firmaba el tratado de París, por
el cual la soberanía sobre Puerto Rico fue transferida de España a los
Estados Unidos. Las autoridades estadounidense disolvieron el gobierno
autónomo y establecieron un gobierno militar con el general John R. Brooke
al frente. En 1899 se organizaron bajo la soberanía estadounidense los
nuevos partidos políticos: el Federal y el Republicano. Del Federal surgió
el Unionista, que oscilaría entre la expresión dogmática de la
independencia y la transacción a favor de fórmulas autonómicas.
Las Órdenes Generales emitidas a juicio
de los militares serían los decretos que marcarían nuevas pautas de
control político y administrativo. Con el cambio de régimen se disolvió la
Diputación y el Parlamento Insular, instituciones distintivas del régimen
hispano, y se emprendió una agresiva política de americanización. Estas
políticas fueron resistidas por sectores puertorriqueños que, aunque
aspiraban a la modernidad, reafirmaban sus costumbres y su identidad
cultural rechazando la asimilación. El nuevo gobierno se dio a la tarea de
ampliar la educación pública instaurando el inglés como idioma oficial. Se
registrarían cambios en las políticas de higiene dirigidas a mejorar las
condiciones de salud de los puertorriqueños. Nuevos días de fiesta, como
el 4 de julio, se registraban en el calendario insular acordes con la
idiosincracia de los gobernantes. Costumbres como los juegos de azar
serían suprimidas con el fin de controlar el comportamiento popular. Se
creó la Policía Insular y se decretó la ley del divorcio, contraria a los
preceptos de la Iglesia Católica. Con el decreto de libertad de culto
llegarían a la isla las iglesias históricas protestantes quebrando la
hegemonía arraigada del catolicismo. Al igual, masones, espiritistas y
otros sectores heterodoxos encontrarían un espacio de expresión que les
había sido vedado anteriormente.
Entre las medidas económicas se sustituyó
el peso español por el dólar norteamericano y se suspendió el cobro de
muchos impuestos y deudas de los agricultores. A la larga, esta última
medida perjudicó la economía de la isla. Puerto Rico perdió sus mercados
principales de exportación, España y Cuba, y quedando limitado a las
relaciones económicas con Estados Unidos. Cosechas como el café, disminuidas
por el impacto del huracán San Ciriaco de 1899, se afectaron grandemente al
ser declaradas "productos extranjeros" en sus mercados tradicionales. Aunque
algunas mejoras se implantaron en la transportación, la comunicación y la
infraestructura, en general, las condiciones de la mayoría del pueblo
permanecieron precarias.
En el Congreso se discutía la aprobación de
una carta orgánica para Puerto Rico. En 1900 se aprobó la Ley Foraker que
remató la desilusión de los puertorriqueños. En el proceso no medió consulta
alguna de los sectores locales. Entre las disposiciones, el gobernador de la
Isla sería un norteamericano nombrado por el presidente. Su Gabinete estaría
compuesto por seis secretarios que a la vez formaban parte del Consejo
Ejecutivo o Cámara Alta de la legislatura en abierta violación al principio
de la separación de poderes.
La Ley Foraker
de 1900
Primera carta orgánica bajo EU
Ciudadanía puertorriqueña, bajo al
protección de Estados Unidos (no hubo especificación de los
derechos de tal ciudadanía)
Incorporación de Puerto Rico a las
leyes de cabotaje estadounidenses y a su sistema arancelario;
repatriación de los arbitrios del ron a EU para costear el
presupuesto de Puerto Rico
Creó el cargo de Comisionado
Residente en la Cámara de Representantes en Washington; voz sin
voto
Rompió la tradición estadounidense
de la separación de poderes
Nombrado por el Presidente de EU,
confirmado por el Senado estadounidense
El Consejo Ejecutivo; 6 de los 11
constituían el Gabinete del Gobernador:
El Consejo Ejecutivo; 11,
nombrados por el Presidente de EU; 5 debían haber nacido en
Puerto Rico
La Cámara de Delegados; 35
miembros, electos cada dos años
Las leyes se tenían que aprobar
por ambas cámaras y el Gobernador; podían derogarse desde
Washington
El Tribunal Supremo de Puerto
Rico; nombrados por el Presidente de los EU y confirmados por el
Senado de EU
Se creó un Tribunal Federal de
Distrito; nombrados por el Presidente y confirmados por el
Senado; los procedimientos se llevan a cabo en inglés
Primer Gabinete del gobierno
Civil 1900
Norteamericanos nombrados al primer gabinete
bajo la Ley Foraker, junto al gobernador Charles H Allen
De izquierda a derecha: W H
Elliot-Comisionado del Interior
J H Hollander-Tesorero W H Hunt-Secretario-Charles Allen
gobernador
J S Harlan -fiscal general R H Garrison Auditor M G
Brungaugh-Comisionado de Isntrucción
En la legislatura bicameral, al menos cinco
de los 11 miembros serían puertorriqueños nombrados por el Presidente. La
Cámara de Delegados sería el único foro con 35 miembros electos cada dos
años. Las leyes propuestas por la Cámara de Delegados podían ser vetadas por
el Consejo, el Gobernador o el Congreso de Estados Unidos, restándole de esa
forma poder a los puertorriqueños. La ciudadanía puertorriqueña creó un
problema de reconocimiento internacional pues Puerto Rico, aunque pertenecía
a Estados Unidos, no era parte de la nación ni había sido declarado
territorio incorporado. Por otro lado, el Acta Foraker,
era un instrumento económico pues Puerto Rico, quedaría integrado a los
aranceles y al mercado norteamericano mediante las leyes de cabotaje. Entre
el 1900 y el 1904 el sufragio estaría restringido a los hombres mayores de
21 años que supieran leer y escribir y fuesen propietarios.
Desde 1900 a 1917 rigió un mandato civil bajo la Ley de
Foraker, que creaba un comisionado residente con voz pero sin voto ante el
Congreso Federal. Tanto la gobernación como los más importantes cargos
ejecutivos y legislativos eran desempeñados por funcionarios
norteamericanos.
Contiendas partidistas de principios de siglo
La formación de los partidos políticos
principales de principios de siglo revela varias similitudes. El partido
Federal, bajo el mando de Luis Muñoz Rivera, y el Republicano, bajo el de
José Celso Barbosa, promueven la anexión gradual a Estados Unidos. Sus
plataformas eran bastantes similares y sus dirigentes ejercen un liderazgo
de arraigo personalista. Mas las contiendas electorales se transformarían en
un campo de batalla entre los seguidores de ambos bandos que dejaría
atónitos a los funcionarios norteamericanos. Sectores de republicanos,
conocidos como "las turbas" arremetieron contra la propiedad de unionistas
creando un estado de desorden público.
En el 1900, después de aprobarse la Foraker,
los federales recurrieron a la abstención electoral en protesta por las
actuaciones arbitrarias del Consejo Ejecutivo. Los republicanos, que gozaban
de la simpatía de las autoridades norteamericanas, ganarían las elecciones
legislativas de 1900 y 1902. A partir de 1904, los triunfos eleccionarios
corresponderían al Partido Unión. Ese año, aunque se inició el sufragio
masculino sin restricciones de literacia, las mujeres todavía no disfrutaban
del derecho al voto.
La Unión aglutinaba a sectores que
favorecían la independencia, la anexión y la autonomía y le hacía frente a
la defectuosa Ley Foraker en foros locales y congresionales. El Partido
Federal se integró a la Unión, mientras que el Republicano se mantuvo solo.
La fórmula de la estadidad sería abandonada por el partido en 1913, mientras
que la de la independencia se eliminó en el 1915.
El 1909 fue un año de intensas protestas
por parte de los miembros de la Cámara de Delegados que se encontraba bajo
el control unionista. El blanco principal de la discordia fue la Ley Foraker,
especialmente, por el problema que representaba la ausencia de separación de
poderes, la ciudadanía, la presencia del Tribunal Federal y el autoritarismo
de funcionarios norteamericanos que ocupaban puestos públicos en la Isla.
Como resultado de la inconformidad con la Ley y con el poder autocrático del
Consejo Ejecutivo, la combativa Cámara de Delegados electa en 1908 no aprobó
el presupuesto anual de gastos gubernamentales. El año fiscal subsiguiente
comenzaría sin presupuesto. La reacción del gobierno federal contra la
Cámara de Delegados por no haber aprobado el presupuesto fue de repudio.
Como respuesta se sometió la Enmienda Olmsted para ordenar la aprobación del
presupuesto anterior y terminar unilateralmente con la crisis. El año
siguiente se presentó el Proyecto Olmsted para sustituir la Ley Foraker. El
Proyecto, que también generó las críticas de sectores locales, no fue
aprobado por el Senado de Estados Unidos.
Otros partidos se formaron a principios de
siglo. El Obrero Socialista ha sido considerado como un "brazo político" del
movimiento obrero organizado. Este partido se abstuvo de participar en las
elecciones y exigió mejores condiciones de trabajo al igual que disfrutaban
los obreros en Estados Unidos. La anexión también formó parte de su
plataforma. No fue hasta 1915 que se fundó el Partido Socialista que
aglutinaba gran parte de los sectores trabajadores y adquirió una gran
fuerza electoral. Sus demandas giraron en torno a las reivindicaciones
laborales y su auge causó preocupación entre las autoridades norteamericanas.
En 1912, luego de una escisión en el
Partido Unión, Rosendo Matienzo Cintrón y Luis Lloréns Torres fundaron el
Partido de la Independencia. Aunque no tuvo suficientes votos en las
elecciones de ese año como para permanecer inscrito, sus líderes fueron los
precursores de un partido que exigía la independencia política y económica.
El 2 de marzo de 1917, el Congreso elaboró la Ley Jones,
que declaraba a Puerto Rico "territorio de los Estados Unidos organizado
pero no incorporado", y concedía la nacionalidad estadounidense a los
puertorriqueños. El gobierno interior de la isla se organizaba
democráticamente, pero el Gobernador y otros altos funcionarios seguían
siendo designados por el presidente de los Estados Unidos. La economía
inició una etapa de crecimiento material, y a la afluencia de capital
norteamericano siguió el desarrollo y modernización de los cultivos
agrícolas protegidos por el nuevo sistema arancelario. La producción
agraria se especializó en la caña de azúcar, organizada sobre una base de
factoría y latifundio bajo el casi absoluto control estadounidense. La
Depresión de 1929 inició la caída vertical de los precios y llevó a Puerto
Rico a una crisis socioeconómica que se complicó por el crecimiento
demográfico.
La economía de principios de siglo
Según el censo de 1899, la población de la
isla ascendía a 953,243 habitantes. Se estima que un 90 por ciento era
analfabeta. La mayoría se dedicaba a las tareas agrícolas y vivía en francas
condiciones de miseria. Con el embate del Huracán San Ciriaco ese mismo año,
las cosechas de café y tabaco se vieron seriamente afectadas, así como los
que dependían de su cultivo. Muchos puertorriqueños emigraron a Hawai y a
otros destinos de Estados Unidos y del Caribe en búsqueda de empleos
agrícolas.
Con la llegada del nuevo régimen, la
principal cosecha, el café, fue reemplazada por la siembra de caña de azúcar.
Los valles costeros comenzarían a cubrirse con este cultivo cuya producción
se concentraba en cuatro grandes corporaciones ausentistas; la Fajardo Sugar
Company, la South Porto Rico Sugar, la Central Aguirre y la United Porto
Rico Sugar Co. Las corporaciones impusieron una economía de monocultivo y
ejercían un gran poder político. Los asalariados trabajaban entre diez y 14
horas diarias durante la zafra. Durante el tiempo muerto quedaban
desempleados. Su sueldo era de miseria si se comparaba con los precios de
los productos. El éxodo de trabajadores de la montaña a las costas en
búsqueda de empleos agudizó el problema de la vivienda y llevó a la
organización de barrios obreros en los alrededores de las plantaciones.
El auge del tabaco, debido a su libre
acceso al mercado estadounidense, también se experimentó a principios de
siglo, especialmente en la región centro oriental. La principal corporación
fue la "Porto Rico American Tobacco Company". Las mujeres pobres se
contrataban como asalariadas en la industria del tabaco haciendo una gran
aportación en la fase del despalillado y a la economía del país.
A partir de la década de 1920, la industria
de la aguja fue una de gran expansión. Se estima que en 1926, más de 40,000
mujeres estaban empleadas en la industria. A pesar de que le brindó a
sectores femeninos la oportunidad de trabajar a cambio de un salario, fuera
del hogar o a domicilio, así como de exportar sus reconocidos productos, las
condiciones de trabajo se caracterizaron por los abusos, la explotación y
los míseros sueldos. Los trabajadores, en general, formularon protestas,
huelgas y reclamos. Éstos se negaron a aceptar pasivamente las condiciones
de vida que enfrentaban
La Ley Jones de 1917
En los albores de la Primera Guerra
Mundial y tras muchos intentos de reforma de la carta orgánica, el
Congreso aprobó la Ley Jones en 1917. Los reclamos de los
puertorriqueños fueron atendidos parcialmente. El hastío del Comisionado
Residente, Luis Muñoz Rivera, que moriría antes de la aprobación de la
Ley Jones era patente ante la apatía congresional. La nueva carta
orgánica, retuvo el puesto del gobernador norteamericano nombrado por el
Presidente. Creó un Senado deslindado de funciones ejecutivas y de
elección popular. La ciudadanía norteamericana sustituyó a la
puertorriqueña en un momento en que Estados Unidos se adentraba en un
conflicto mundial que exigía la lealtad de los puertorriqueños. La isla
continuaba siendo un punto estratégico fundamental. Contrario a la
Foraker, la Ley Jones contenía una carta de derechos para los
puertorriqueños y una cláusula, sujeta a la votación popular, que
proponía la prohibición del alcohol para la Isla. Esta medida fue
ratificada por los electores en un referéndum celebrado en 1917. Mas la
Ley Jones mantuvo intacto el estatus colonial de Puerto Rico. Tal y como
habían ratificado los casos insulares del Tribunal Supremo de Estados
Unidos, Puerto Rico pertenecía a Estados Unidos, pero no era parte de la
nación. La palabra final, la tendría el Congreso. No sería hasta 1947
que aprobaría el derecho de los puertorriqueños a elegir a su gobernador.
La prohibición del alcohol 1918-1934
La implantación acelerada del
capitalismo agrario, el nuevo marco de subordinación política, la
expansión del protestantismo, la proletarización de los trabajadores, el
cambio en las relaciones de género y un nuevo reclamo de intervención al
gobierno en los asuntos morales, fueron asuntos simultáneos que se
trataban a principios de siglo. Nuevos grupos identificados con el
progreso y la modernidad que supuestamente traería el nuevo orden (como
las Iglesias Evangélicas, la Federación Libre de Trabajadores, masones,
espiritistas, libre-pensadores en general y Las Ligas Femíneas de
Temperancia), emprendieron una discusión en contra del consumo desmedido
de alcohol como una forma de reordenar la sociedad. Son las Iglesias
evangélicas, a través de una nueva cosecha de ministros protestantes
puertoriqueños y las mujeres de la elite criolla, mediante las Ligas
Femíneas de Temperancia, los líderes del asunto. Las mujeres letradas
encontraron un espacio para participar en asuntos públicos que le
serviría para emprender posteriormente reclamos políticos como el
sufragio. Las obreras, afiliadas muchas de ellas al Partido Socialista,
también exigían el sufragio femenino.
Luego de aprobarse la Prohibición en
1917, entró en vigencia el siguiente año. La medida criminalizó una
costumbre popular arraigada en el transcurso de cuatro siglos. Los años
que estuvo vigente el estatuto en la isla evidencian que su implantación
fue una empresa cuesta arriba tanto para el estado como para el pueblo.
A medida que la situación económica empeoraba para la década de 1920, y
el descalabro de la Depresión agudizaba las precarias condiciones de la
masa trabajadora, la necesidad económica y la actividad delictiva se
relacionaron. La Prohibición creó nuevos problemas sociales derivados de
la fabricación masiva de alambiques clandestinos y de "cañita", el
contrabando interno y con las islas vecinas, la desobediencia abierta a
la Ley y los estragos en la salud a causa de las bebidas adulteradas.
Aunque la clase alta también participaba en actividades delictivas,
fueron los pobres los protagonistas públicos de la desobediencia civil.
En una época de necesidad económica, el fabricar y vender ron era un
negocio lucrativo en el que bien valía correr el riesgo a cambio de
cuadrar el presupuesto.
Al adentrarse los puertorriqueños en la
década de 1920, sus problemas principales eran mejorar las condiciones
materiales y establecer relaciones satisfactorias con la metrópoli.
El peso del problema económico se lo
atribuyen a varios factores, entre ellos, el impacto negativo de la
acelerada penetración económica capitalista, la desigualdad en la
distribución de la riqueza, la sobrepoblación y el acaparamiento de
tierras por las corporaciones. La lucha por el gobernador electivo y por
el sufragio femenino serán vitales en los 1920. Aunque durante esa
década las mujeres no conseguirían el derecho al sufragio, las
oportunidades educativas fueron una vía para profesionalizarse y
trabajar como maestras, enfermeras, trabajadoras sociales, doctoras,
etc.
Los partidos políticos sufrirían de
nuevos realineamientos. Comenzaron a formar combinaciones que
prevalecieron hasta la fundación del Partido Popular Democrático en
1937. Al morir Luis Muñoz Rivera (1916) y José Celso Barbosa (1921), el
Partido Unión y el Republicano tomaron otro giro. El Partido Socialista,
fundado en 1915 no se libró de las alianzas de la época. El nuevo
partido de la Alianza agrupó a un sector de unionistas, presididos por
Antonio R. Barceló, con sus enemigos tradicionales republicanos
liderados por José Tous Soto. Otro sector de los republicanos, al mando
de Rafael Martínez Nadal, se aliaba a los socialistas formando la
Coalición Republicano Socialista. La Alianza triunfaría en las
elecciones de 1924 y 1928, mientras que la Coalición, dominó la escena
electoral de los 1930. Los trabajadores afiliados al Partido Socialista
se sintieron traicionados por sus líderes y repudiaron los acuerdos
concertados con los republicanos. En el 1932, Antonio R. Barceló dejaría
la Alianza y formaría el Partido Liberal que abogaba por la
independencia. Este partido acudiría a las urnas en las elecciones de
ese año.
Una economía deprimida
La fuerza del huracán San Felipe azotó
a la isla el 11 de septiembre de 1928 ocasionando más de 300 muertes. El
estimado de las pérdidas materiales fluctuó entre los 50 y 85 millones.
Era de esperarse que las frágiles viviendas rurales sucumbieran ante la
fuerza de los vientos que atravesaron la isla desde el sudeste hasta el
noroeste arruinando las cosechas de tabaco, café y frutos menores. Las
siembras de caña también sufrieron estragos, pero en menor grado que las
otras cosechas. Cuando comenzaban los signos de recuperación, otro
fenómeno pondría a tambalear la ya maltrecha situación. La Depresión
Económica que comenzó en Estados Unidos en 1929 a partir de la caída de
la bolsa de valores impactó la economía puertorriqueña dependiente del
mercado estadounidense. Sin embargo, las condiciones sociales de la
mayoría de la población ya eran precarias desde muchos antes de San
Felipe. Algunos de los indicadores económicos que se agravaron con la
Depresión fueron el desempleo, el valor de las exportaciones, el
producto nacional bruto y el ingreso per cápita. Mientras los precios de
los productos subían a causa de la inflación, los salarios de los
trabajadores eran insuficientes para enfrentar la crisis. Mas las
corporaciones azucareras no parecían sentir los embates de la Depresión
como otros sectores agrarios. La protección tarifaria de la industria en
el mercado de Estados Unidos la benefició aún en época de crisis. Al
parecer, las fuerzas de la naturaleza se habían ensañado con la Isla
cuando en el 1932 el huracán San Ciprián causó daños estimados en más de
30 millones. Miles de puertorriqueños residentes de la ruralía
comenzaban a emigrar a la ciudad con la esperanza de una mejor vida. Se
concentraban en barriadas marginales que se conocían como arrabales. La
creciente desigualdad social provocó cuestionamientos y protestas
populares y laborales. Por primera vez se articuló una crítica abierta
al modelo monoproductor y a las consecuencias del imperialismo
norteamericano.
El Partido Nacionalista fundado en 1922
por un sector de independentistas y bajo la presidencia de Pedro Albizu
Campos desde 1932, enfrentaría la situación del dominio colonial
incurriendo en serias confrontaciones con la policía insular. Tras el
nombramiento del Gobernador Blanton Winship en 1934, la situación se
agravó. Luego del asesinato de cuatro nacionalistas por la policía el
siguiente año, dos nacionalistas asesinaron al Jefe de la Policía,
Elisha Riggs. Elías Beauchamp e Hiram Rosado, acusados del asesinato,
fueron ultimados por la policía como represalia. Más tarde, la Masacre
de Ponce de 1937 fue uno de los episodios más sangrientos entre los dos
sectores. En la Masacre murieron civiles y dos policías que se
encontraban en la Parada del Domingo de Ramos. Los acontecimientos, que
se iniciaron como de una emboscada por parte de la policía desembocaron
en el arresto y encarcelamiento de los líderes del partido. La época fue
una de gran represión política y desconfianza de las autoridades
federales.
En los 1930, los trabajadores de la
caña organizaron huelgas a través de toda la isla, especialmente en el
1934. Las exigencias se concentraban en mejores condiciones de empleo y
salarios. A las protestas se le unieron diferentes sectores laborales,
como los obreros de los muelles, las tabaqueras, costureras y
desempleados, creándose en la isla un clima de protesta social.
La extensión del Nuevo Trato
La extensión de los programas del Nuevo
Trato a Puerto Rico, al igual que ocurrió en Estados Unidos, no
resolvieron la crisis de la Depresión. Sin embargo, representaron
alivios temporeros. En 1933 se extendió a la isla la "Puerto Rico
Emergency Relief Administration"(PRERA), con fondos federales de la
"Federal Emergency Relief Act", conocida como la FERA. Sus medidas de
emergencia consistían en repartir alimentos y promover la construcción
de infraestructura para crear empleos y estimular la economía. Los
líderes del Partido Liberal, aunque de tendencia independentista,
establecieron nexos con el gobierno del Presidente Franklin D. Roosevelt
y promovieron las ayudas de emergencia. La administración de fondos en
manos de liberales suscitó pugnas con la Coalición que dominaba la
Legislatura. Con la creación de la "Puerto Rico Reconstruction
Administration" en 1935, la PRRA, se crearon programas de salud, de
electrificación, de construcción y eliminación de arrabales, entre otros.
Mas el asesinato de Riggs y la oposición de la Coalición Republicana
fueron serios agravantes en la implantación y desarrollo de las medidas.
No sería hasta después de finalizada la Segunda Guerra Mundial y con el
ascenso del Partido Popular al poder que la economía tomaría otro giro.
Partidos políticos en
Puerto Rico, 1899-1935
1899 -fundación del
Partido Republicano (Barbosa)
-fundación
del Partido Federal (Muñoz)
-fundación
del Partido Obrero Socialista (Santiago Iglesias Pantín)
1900 -Ley Foraker
(Joseph Foraker)
-Demócratas
en Estados Unidos critican la Ley Foraker
-el
Partido Federal no participa de las elecciones bajo la ley Foraker
-el
Partido Republicano gana elecciones de 1900 y 1902
-Federico
Degetau (R), primer Comisionado Residente en Washington
-Manuel F.
Rossy (R), primer presidente de la Cámara de Delegados
1904 -comienza
política educativa (Roland) Falkner de americanización
-fundación
de La Unión de Puerto Rico (Matienzo Cintrón, Lloréns Torres, De
Diego)
-Base
quinta del Partido Unión
-el
Partido Obrero Socialista apoyó al Partido Unión
-el
Partido Unión gana las elecciones hasta las de 1920
1908 -José De Diego
presidente de la Cámara de Delegados
1909 -crisis del
presupuesto entre Cámara de Delegados y Gobernador; se enmienda la
Ley Foraker para resolver el asunto
1910 -Luis Muñoz
Rivera Comisionado Residente en Washington
-tensión
en el Partido Unión entre autonomistas de Muñoz e independentistas
de De Diego
1912 -Ley de minorías:
un partido no puede postular más de cuatro candidatos por distrito (que
tienen cinco escaños)
-fundación
del Partido de la Independencia (Matienzo Cintrón, Luis Lloréns
Torres, Manuel Zeno Gandía, Eugenio Benítez Castaño [presi]
1913 -el Partido Unión
abandona la estadidad en su programa
1914 -estalla al
Primera Guerra Mundial en Europa (hasta 1919)
1915 - fundación del
Partido Socialista Obrero:
*afiliado
a la American Federation of Labor (Samuel Gompers)
*lo
preside Santiago Iglesias Pantín
1916 - el Presidente
de EU, Woodrow Wilson, suspende las elecciones de la Cámara de
Delegados por la inminencia de la nueva ley orgánica
1917 (marzo) -Ley
Jones-Shafroth
-Antonio
R. Barceló presidente del Senado y del Partido Unión
-De Diego
presidente de la Cámara de Representantes
-Barbosa
senador por acumulación
1920 -sufragio
masculino obligatorio produce sobre 90% de participación; se deroga
antes de las próximas elecciones
-Montgomery Reilly ("Moncho Reyes") gobernador
-surge
idea del "Estado Libre Asociado"
-Muñoz
Marín surge entre el liderato del Partido Socialista
-surge idea de alianza electoral entre socialistas y republicanos
(ambos estadistas)
-Muñoz se opone a alianza
1922 -fundación del
Partido Nacionalista por inminencia del abandono a la independencia
del Partido Unión
1924 - el Partido
Unión abandona la independencia y adopta el ELA
-se forma
la Alianza Puertorriqueña entre el Partido Unión y el Partido
Republicano Puertorriqueño
-se forma
la Coalición (no es partido) entre el Partido Republicano Puro (barbosistas
que rechazan la Alianza, presididos por Rafael Martínez Nadal) y el
Partido Socialista Obrero
-la
Alianza gana las elecciones de 1924 y 1928
1929 -se rompe la
Alianza
-
Ley # 74 legaliza el voto femenino; medida presentada por Manuel A.
García Méndez, republicano); aún hay restricciones de alfabetismo
para votar
1930 -Pedro Albizu
Campos presidente del Partido Nacionalista
1931 -se funda el
Partido Liberal Puertorriqueño como sucesor del Partido Unión (nombre
que no pueden usar porque legalmente le pertenece a la Alianza)
-Antonio
R. Barceló presidente del P. Liberal
-Muñoz
Marín se une al P. Liberal
1932 -se funda el
Partido Unión Republicana entre los que quedan de la Alianza (estadistas
del Partido Unión) y el Partido Republicano Puro
- se funda
la Coalición Republicana Socialista entre la unión Republicana y el
Partido Socialista
- triunfa
la Coalición en las elecciones sobre el Partido Liberal
- primera
vez desde 1904 que los estadistas están en el poder
- Santiago Iglesias Pantín, Comisionado Residente en Washington
- Rafael
Martínez Nadal, presidente del Senado
- Miguel
Ángel García Méndez, presidente de la Cámara
- Pedro Albizu Campos no sale electo para senador por acumulación
1933 -PRERA (PR
Emergency Relief Administration)
1935 -PRRA (PR
Reconstruction Administration)
Repaso y exámenes
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