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O b r a    d i s e ñ a d a   y   c r e a d a   p o r   H é c t o r  A.  G a r c í a  [ver] 

    

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Trabajo revisado por: Profesora Maria del Pilar Lozada

Los primeros habitantes de Puerto Rico fueron los indios Taínos, una tribu descendiente de los indios Arawak de Venezuela. El idioma escrito del Taíno era en forma de petroglificos o símbolos que se tallaban en piedra y su idioma era Arawak. Su sociedad era comunal y la polígamia era común.

Al momento de la llegada de los europeos, los taínos habitaban gran parte de las islas de Puerto Rico (Boriken) y Española, al igual que el Oriente de Cuba y parte de Jamaica. Aunque algo bajos de estatura, los indios taínos eran de cuerpos bien formados y piel color cobriza. Fueron gentes lampiñas, de cara ancha, con pómulos muy pronunciados, labios un poco gruesos y de muy buena dentadura. Los taínos siempre andaban desnudos, llevando solamente en sus brazos y piernas unas ligas o fajas de hilos de algodón, aunque algunas mujeres casadas utilizaban unas faldillas, tejidas también en algodón, denominadas naguas.

Existió entre ellos la costumbre de practicarles a los niños la deformación artificial del cráneo, sujetándoles con bandas de algodón dos tablillas de palma, una en el frontal y otra en el occipital, con lo cual lograban que la frente luciera más ancha. Se perforaban el lóbulo inferior de las orejas con la finalidad de lucir en ellas pasadores decorativos u orejeras, llamadas en su lengua taguaguas.

Su organización social, política y religiosa fue la más evolucionada entre los grupos indígenas de las Antillas. Su máxima unidad territorial era el "cacicazgo" que agrupaba determinadas aldeas o "yucayeques", los cuales estaban dirigidos por los "caciques", que ascendían a estas posiciones por la vía matrilineal hereditaria o la realización de un hecho extraordinario.

    Cristóbal Colón en su diario los describió como gente de cuerpos esbeltos, altos y hermosos. De color oscuro o aceitunado y usaban el pelo corto. Eran carilampiños y sin bellos en el cuerpo. Según Cristobal Colón el lenguaje Taíno era "apacible, el más dulce en el mundo, siempre con una risa". Debido al calor en los densos bosques su vistimenta era muy poca. Los hombres y los niños por lo general no usaban nada. Las mujeres andanban desnudas de la cintura hacia arriba, abajo traian "naguas" de algodón hasta la mitad de la pantorrilia, y las mujeres cacicas principales hasta los tobillos. Este hábito era de mujeres casadas, las doncellas ninguna cosa traian de estos delantares, que llamanban naguas. Hombres y mujeres se adornaban con pintura, collares, pulseras, pantallas y pendientes en la nariz hechos en hueso, piedra o arcilla.

    El Cacique de más jerarquia en Borikén a la llegada de Colón era el cacique Agüeybaná. El cacique era una posición hereditaria privilegiada. El cacique era polígamo y algunas de sus esposas eran de casamientos políticos los que unirían a los yucayeques y formarían nuevas alianzas. La isla estaba dividida en cacicazgos. Puerto Rico tenia alrededor de 20 caciques a la llegada de Cristobal Colón. La Isla a su vez se subdividia en provincias, distritos y aldeas cada uno con su cacique.

La estructura social se componia de:

  • Nitaínos que eran los nobles, guerreros, y los artesanos. Estimados por ser de mejor sangre que los demás, tenian a su cargo a otros indios, venian a ser los lugartenientes de los caciques.

  • Naborias eran los siervos y eran de la clase más baja.

  • Los Caciques (Jefes) eran posiciones heredadas y procedia de la clase nitaíno.

  • Los Bohiques (curandero) eran de un linaje de bohique.

   No es claro si los Nitaínos eran nacidos o se ganaban su clase social. Los Nitaínos gobernaban sobre los naborias. Los Naborias pescaban, cazaban, hacian el trabajó en los conucos, generalmente el trabajo pesado.

    El yucayeque ( aldea, pueblo ) se construia cerca de abastos de agua tales como rios y lagos con un patio en el centro y a la sombra de árboles altos. Tenia cuatro caminos que se extendian fuera del batey. Una cerca alta rodeaba la aldea. Habia un camino que conducia directamente al rio o lago con dos torres altas usadas como miradores a ambos lados. Alrededor del yucayeque se establecian los conucos o granjas. Algunos yucayeques tenian fuera de sus paredes plazas utlizadas para deportes.

   Casa Taína Los bohíos ( choza indigena ) eran estructuras redondas con techos conicos sin ventanas.[ver] El caney, construidos sólamente para caciques y bohiques se localizaban siempre en una ubicación prominente, eran estructuras rectangulares con ventanas. Eran grandes y a veces alojaban 15 familias. Se construian de bejucos y paja. Cada bohío y caney tenia espacio para almacenamiento hecho de una superficie plana que colgaba del techo de la morada. Para almacenar se utilizaban cestas tejidas. El piso de la morada era de tierra y se mantenia inmaculadamente limpio. Para cocinar se utlizaba el fogón, ollas grandes de arcilla y para sentarse los dujós y para dormir hamacas. Como mascotas tenian loros domesticados y pequeños perros domesticados mudos que llamaban Josibi ya extintos.

Bohios indigenas

    La yuca era el alimento básico, de su harina se hacia el pan de casave. Tubérculos era usados principalmente como fuente de alimento. También cosechaban guanabána, yautía, calabaza, mamey, papaya, piña, achiote, batatas y maíz. El maní, guayaba, piña, uva de mar, guisantes negros, ajíes y frijoles eran todos silvestres. Con el maiz se hacia cerveza. La pesca era otro medio de sustento. La pesca de rio se hacia con un veneno que se depositaba en el agua para aturdir los peces y asi capturarlos con sus manos. El veneno no era dañino al momento de consumir el pescado. Del mar consumian ostras, carucho, cangrejos y manatí. La caza no ofrecia mucho por no haber animales grandes en la isla solo se cazaban pajaros, loros, jutias, iguanas y serpientes. Muchos de estos se cocinaban a la "barbacoa" palabra que hoy utilizamos en español y en inglés "BBQ".

    El pilón que hoy en dia se usa es de origén taíno. El pilón era tallado de un arbol con diametros de hasta 25 pulgadas. Estos eran tallados rústicamente o bien terminados y pulídos, dependiendo de la abilidad del tallador. Se usaban para moler maíz, herbas medicinales e ingredientes que se usaban para la pintura que adornaba sus cuerpos.

    Las canoas que los Taínos usaban eran hechas de truncos de arboles. Documentación española registra que tomaba varios meses en completar una canoa. Algunas de estas canoas tenian cabida para más de 100 personas, las cuales utlizaban para comerciar en las islas vecinas.

    La mujer Taína se dedicaba a las necesidades de la familia, atendia la granja y el cultivo de cosechas. Las madres cargaban sus bebés en su espalda en una tabla acolchonada asegurada a la frente del bebé. La tabla con el tiempo deformaba la frente del bebé aplastandola. Así que muchos Taínos tenian la frente algo aplastada, lo que algunos de ellos encontraban atractivo.

    Areytos eran las ceremonias religiosas celebradas en el batey de los yucayeques. El baile ceremonial era una de las actividades principales. Arreglarse para un Areyto conllevaba pintarse el cuerpo de rojo, plumas de loro, joyas de concha marina y coral y pendientes de oro. El cacique y bohiques usaban capas decoradas con plumas. También habian areytos de amores, y otros lastimeros, otros bélicos, con sus respectivas sonatas acomodadas. En la conjura de los caciques boriqueños, en Guaynia, se cantó un areyto, jurando y prediciendo la muerte de los invasores, antes del alzamiento de 1511, pero se ignora la letra y ritmo de este areyto.

    El major legado dejado a nosotros por los Taínos fue su arte. Mucha de sus tradiciones, costumbres y artefactos no logro sobrevivir la invasión Española pero hay algo de esculturas, cerámica, joyas, tejidos, cetros, puñales, cemis, dujos, cinturones de juego y otros artefactos Taíno en museos hoy. La mayor parte de sus artefactos ceremoniales fueron escondidos de los español en cuevas.

    El legado de la hospitalidad Taína es evidente en el campesino de las áreas rurales del Puerto Rico de hoy. El 25 de septiembre de 1493, Cristobal Colón navegó del puerto de Cádiz, España en su segundo viaje al Nuevo Mundo. Hizo una parada en las Islas Canarias y el 3 del noviembre se toparon con la isla de Guadalupe donde rescataron una puñado de indios de las manos de los "Caribes". Los indios reclamaron ser de una isla al norte llamada Borikén. Después de descubrir las Islas Virgenes marcaron en sus mapas a Puerto Rico y la Sierra de Luquillo. Para asombro de los españoles los indios saltaron al océano y nadarón hacia la costa de Borikén. La flota de barcos continuó navegando al este, hasta llegar a la costa occidental de Borikén. Anclarón en la región de Aguada / Aguadilla.

    El fin de la existencia sencilla del Taíno de Puerto Rico ocurrió hace más de 500 años, el 19 de noviembre 1493. En 1508 Ponce de Leon llegó a la Isla con intenciones de asentarse. Pero no fue hasta 1509 que esa colonización comenzara, innumerables atrocidades fueron cometidos por los españoles a los pacíficos Taínos. Suicidios en masa, trabajo forzado, y principalmente enfermedades diezmaron sus números rápidamente. En 1516, sólo ocho años posteriores, había tan pocos Taínos en el Caribe que Fray Bartolome de las Casas logró ganar una "orden de la corona" para libertar a los indios que quedaban.

    En 1527, una epidemia de viruela en Puerto Rico mató una tercera parte de la población restante Taína. En 1542, un Obispo fue enviado a Puerto Rico para informar a los indios de su "nueva" libertad completa.

LA CULTURA TAÍNA

Los taínos desarrollaron una cultura basada fundamentalmente en la producción agrícola que les permitió incrementar una apreciable actividad artesanal de objetos utilitarios, tales como vasijas y otros recipientes de barro y de madera, hachas de piedra bien pulimentadas, objetos de cestería de fibras vegetales y tejidos de algodón que eran decorados con tintes extraídos de la jagua (Genipa americana) y de la bija (Bixa orellana), con los cuales, también se pintaban sus cuerpos en ocasiones especiales.

Además, los taínos fueron excelentes escultores que confeccionaron artefactos ceremoniales de gran expresión artística como los duhos o asientos ceremoniales, los ídolos o cemíes, los instrumentos para el ritual de la cohoba y los aros monolíticos.

El cemí (también zemí o zeme), cuya figura, esculpida en diversos materiales y tamaños, podía actuar a voluntad influyendo de manera decisiva en el normal desarrollo de la vida humana y del medio natural: podía cohabitar con los hombres e incluso reproducirse a través de ellos. El cemí era el cuerpo vivo del dios, del ente mítico, del antepasado deificado. De la maestría con que se le tallase y de la capacidad para lograr reflejar el carácter del ser dependía en gran medida la efectividad emotiva que lo vincularía a los creyentes y el adecuado desempeño de sus prerrogativas espirituales.

Se dividían en cuatro clases sociales:

  • los naborias o aldeanos trabajadores de la tierra;

  • los nitaínos, considerados los nobles de las tribus eran también los guerreros y familia del cacique;

  • los bohiques chamanes, o sacerdotes que representaban las creencias religiosas; y

  • el cacique, conocido también como guare que era el jefe de la tribu o yucayeque. Hay que hacer notar que también hubo «cacicas» y que la línea de sucesión era a través del hijo o la hija de la hermana del cacique.

El Cacique

El cacique se distinguía por el guanín o disco de oro que colgaba sobre su pecho, y por el uso de cinturones hechos de algodón trenzados con cuentecillas de pedrería y conchas, al igual que cintas para lucir en la cabeza, insertándoles a ambos una guaiza o pequeña carátula central. Cuando el cacique emprendía un viaje distante de la aldea, sus súbditos le transportaban sobre una litera de madera y paja, mientras que sus hijos, cuando niños, les seguían cargados en hombros cerca de él. Los caciques eran asistidos por unos personajes de elevada jerarquía, llamados nitaínos, siendo los naborias, de menor grado social, sobre quienes recaían faenas agrícolas y otros trabajos y servicios.

Poligamia

Los caciques practicaban la poligamia, infrecuente entre el común del pueblo. Esta práctica estaba justificada por el exceso de muchachas en edad núbil, y porque entre los taínos era un deshonor no tener hijos. Las relativas riquezas de los caciques, su estatus, y las pocas aspiraciones del pueblo, permitían a éstos poseer varias mujeres e hijos. La poligamia creció por la constante lucha contra los indios caribes. Las numerosas bajas entre la población masculina y la imperiosa necesidad de mantener un nivel de población, fueron factores determinantes para propagar la poligamia entre las tribus taínas antillanas.

En la época de la invasión de América por los europeos, entre los caciques más importantes de Boriquén (como se llamaba la isla de Puerto Rico) y sus áreas de gobierno estaban: Agüeybana y Guaybaná (Guánica) -dos de los más poderosos de la isla-

  • Aramaná (en las riberas del río Toa)

  • Arasibo (en Arecibo)

  • Cacimar (en Vieques)

  • Caguax (en Caguas)

  • Canóvanas (en el área del río Grande de Loíza y Rio Cubuy o Cayniabón)

  • Daguao (en Ceiba)

  • Guacabo (en Manatí)

  • Guaraca (en el área del río Guayanés)

  • Guarionex (en Utuado)

  • Guayama (en Guayama)

  • Jumacao (en Humacao)

  • Jayuya (en Jayuya)

  • Yuisa (en Loíza)

  • Luquillo (en Luquillo)

  • Mabodomaca (en Guajataca)

  • Mabó (en Guaynabo)

  • Majagua (en Bayamón)

  • Mayagoex (en Mayagüez)

  • Orocobix (en Orocovis).

Los poblados estaban organizados en claros de la selva, tierra adentro, con dos clases de habitáculos:

  • el bohío (vivienda común circular de los habitantes del yucayeque) y

  • el caney (más grande, rectangular y con ventanas, donde habitaba el cacique con su familia).

La Mujer Taína

El legado de las sociedades es sin duda el legado de las mujeres. Desde tiempos inmemorables, en los preludios de la existencia humana, las sociedades matriarcales eran caza de cada dia. La mujer en la sociedad Taina fue medular en el desarrollo de la misma para crear de ella una de las más complejas en al archipiélago antillano. Las aportaciones del aspecto femenino en la sociedad Taina están presentes en asuntos políticos, sociales, astronómicos, topológicos, míticos y lingüísticos. Ejemplo de este último es la presencia de la sílaba GUA en el léxico taino que es sinónimo de mujer, primera y agua original. Palabras como Guayaba, Guanina, Guanín, Guabancex y otros son reflejos del factor femenino en la lengua Taina.

En uno de los primeros encuentros entre los tainos del sur en el Cacicazgo de Aguaybaná (creo que esta era la manera correcta de pronunciar el nombre) con la brigada de Juan Ponce de León las crónicas de Oviedo establecen el respeto que el Cacique Aguaybaná le tenía a su madre. Según las crónicas ella le advirtió a su hijo que fuera amigable con los españoles ya que ella tenía conocimiento de la suerte de los indios en La Española. Aguaybaná, como buen hijo, siguió los consejos de su madre.

El poder en la sociedad Taina se heredaba por la línea materna. El primer hijo de la hermana mayor del cacique imperante sería el responsable de heredar el nuevo título luego de su muerte. Al momento del enterramiento el cacique sería enterrado con su esposa favorita ya que era una sociedad que practicaba la poligamia. Ahora, estos matrimonios tenían fines políticos ya que cada matrimonio consolidaba el control del cacique en el territorio al que perteneciera la nueva esposa. El poder de un cacicazgo dependía del territorio que el mismo controlaba. A través de estos matrimonios se establecían alianzas. Las esposas funcionaban como “embajadoras” y hasta diplomáticas involuntarias para mantener relaciones pacíficas entre los territorios. Tal es el caso de Canoabo y Anacaona de La Española cuyo matrimonio estableció las alianzas entre los Cacicazgos de Maguana y Xaragua. Anacaona era la hermana del poderoso Behequio. Hubo ocasiones en que la mujer fungía como Cacica. Se cree que ese fue el caso de las cacicas Anacaona, Guanina y Yuisa.

Fuera de los roles políticos en los que la mujer participaba estaban también los roles cotidianos de la mujer. La mujer tenía funciones de suma importancia en la sociedad. Esta era la proveedora de los alimentos como la fécula de Yuca, mantenía los montones y conucos, trabajaba el burén donde sé guayaba la yuca para hacer la base de la dieta Taina, el cazabe. Para poder mantener la base de la dieta Taina, las mujeres debían tener conocimientos extensos sobre la función de los ciclos agrícolas que a su vez dependían del conocimiento del tiempo y el espacio. Según las crónicas del padre Bartolomé de Las Casas las mujeres sembraban la yuca en los meses de sequía. En otras palabras el solsticio de invierno marcaría el inicio de la siembra de la yuca. También asociaban el comienzo de una nueva luna con el comienzo del crecimiento del nuevo ciclo agrícola. “La siembra de Yuca en montones exigía unos 60 días de trabajo anuales para el hombre y algo mas para las mujeres” esto según estimados del historiador dominicano Roberto Cassá mencionado en el texto de Robiou Lamarche. El conocimiento agrícola era responsabilidad de la mujer. Es importante destacar que la mayoría de los cemis que se han encontrado se encuentran en campos y en el área oeste de Puerto Rico y en el área este de Republica Dominicana. Esto implica que es posible que los cemís se enterraran en los conucos. Podemos inferir que quizá la mujer era la responsable de estos enterramientos para asegurar una buena cosecha y mantener a los Dioses satisfechos. Yucahu, el dios de mayor importancia en la sociedad taina, el señor Yucador también traducido como “Ser de la Yuca, mar sin antecesor masculino”. Yucahu no tenía antecesor masculino, curiosamente, tenia solo una madre llamada Atabey, La gran madre. Ella era la madre de las aguas, la luna, las mareas y la maternidad según Arrom. Estos dioses de suma importancia son representativos de los recursos más importantes de la sociedad taina el agua y la Yuca.

Por otro lado, cada vez que observa una bella vasija del legado taino hemos de recordar que ese barro le fue dado forma por las manos de una mujer. Las cerámicas tenían su función práctica, claro esta. Las alfareras que esculpían y le daban forma a las vasijas imprimían sus conceptos distintivos en cada una de sus obras. Aunque no esta claro que la mujer fuese la única que labrara el arte rupestre y las esculturas debe haber una gran probabilidad que en este respecto el hombre participara de estas actividades. La alfarería representaba ídolos, figuras antropomorfas y zoomorfas. Al igual que sencillos platos, bateas y burenes para hacer el cazabe. La mujer también trabajaba el tejido. Con el hilo creaban las naguas (utilizadas solo por las mujeres casadas), telas, hamacas, cinturones con caracoles que utilizaban en los areytos, ligas que usaban alrededor de sus brazos y piernas. La cestería también era una de las actividades practicadas por las mujeres. Creaban nasas o redes y corrales para atrapar peces en los ríos y en el mar.

Los areytos representaban una celebración ancestral donde se perpetuaban los mitos y la historia de las tribus Tainas. Las mujeres participaban en los canticos y bailes. Utilizaban las maracas, fotutos, flautas y tambores posiblemente confeccionado por mujeres. En los areytos ambos sexos participaban juntos o separados al igual que en los juegos de pelota que se llevaban a cabo en el batey.

La mujer era un instrumento fundamental en la organización social de los tainos. Tenían una participación activa en las estructuras sociales y culturales pero también podían accesar las fuentes de poderes políticos consolidando sus vidas con las de caciques o ellas mismas convirtiéndose en cacicas. Ser mujer no era una limitación a sus posibilidades como contribuyente activo de la sociedad. Aun quedan muchas historias por contar de la mujer taina. Los arqueólogos y los historiadores continúan reconstruyendo la historia que dejaron inconclusa sus antecesores para poder redimir el nombre de la mujer Taina.

Entretenimiento

Los taínos se divertían de diferentes maneras, a través del baile, la música y el juego de pelota. Este último era conocido como batú y se jugaba en un espacio llamado batey. El juego despertó el interés de los colonizadores españoles, debido a que la pelota que utilizaban (de goma, hojas y resinas) rebotaba, y este fenómeno era desconocido en Europa. El juego de pelota se jugaba entre 2 equipos de hasta 30 jugadores (hombres y mujeres) que tenían que mantener la bola en el aire con sus hombros, codos, caderas o cualquier otra parte del cuerpo, excepto las manos.

Los principales rituales taínos escenificaban danzas sagradas llamadas areítos, acompañadas de diversos instrumentos, principalmente tambores. Entre las plantas más utilizadas estaba el tabaco. El árbol de cohoba se utilizaba durante una ceremonia religiosa («el ritual de la cohoba») en la cual el cacique, el bohique y los nitaínos se comunicaban con los espíritus.

Mundo religioso

El behique o médico hechicero de la tribu fue otro personaje de importancia en la sociedad taína, por tener un vasto conocimiento de la farmacopea primitiva y velar por la curación de los enfermos mediante prácticas mágico-medicinales, interviniendo, también, en la confección de los ídolos de la cohoba y otros objetos rituales.

La gran particularidad del universo cosmológico taíno era el culto a los denominados cemíes, ídolos que personificaban divinidades abstractas, naturalistas, locales, espíritus familiares y fenómenos de la naturaleza. Esta religión animista implicaba el culto mágico hacia todas las cosas, a tal punto que cada individuo profesaba el culto hacia algún cemí. La comunicación con los espíritus se practicaba mediante ritos y sacrificios incipientes, destacando el rito de la cohoba, que consistía en la inhalación de un polvo alucinógeno extraído de la yuca, precedido de un vómito ritual a fin de establecer contacto con los cemíes.

La ceremonia de la CohobaDentro de la riqueza que presentaba la mitología taína, sobresalía su máxima divinidad Yocahú Bagua Maorocoti, el Señor de los Cielos y creador de todo lo existente. También se lo llamaba el Señor Yucador, aludiendo a su cualidad de posibilitar el crecimiento de la vital yuca. Las prácticas mágico-religiosas eran dirigidas por los behiques, quienes también oficiaban de médicos. A través de ellos se transmitían las tradiciones tribales, se educaban los hijos de los caciques y se mantenía un permanente vínculo con las divinidades.

Finalmente, existía la creencia en la inmortalidad del alma y la continuación de la vida en otro mundo. Señala al respecto José Juan Arrom: "Para el taíno..., la muerte no era extinción, castigo o recompensa. Era un episodio en el tránsito de una existencia a la otra, un suceso esperado y previsto en el natural orden cósmico. Por eso sus "ausentes" no estaban bajo tierra, haciéndose tierra. Ni sufriendo tormentos eternos en un infierno de llamas. Ni más allá de las siderales esferas, gozando la inefable presencia del Creador al son de arpas tañidas por manos de ángeles. Estaban "a un lado de la isla", en un fresco y umbroso valle, descansando de día en espera de la puesta del sol. Y al caer de la tarde, aprovechando las protectoras sombras de la noche, salían "a pasearse y hacer fiesta", bailando sus areítos a la luz de la luna, saboreando la dulce pulpa de la guayaba y visitando a sus prójimos en las hamacas para gozar del no menso dulce deleite del amor sensual".

Fuentes de subsistencia y actividades productivas

Plantación de YucaLos taínos llamaban conuco al lugar destinado a los sembradíos, empleando como técnicas agrícolas la siembra en montículos y el sistema de roza o tala y quema del bosque. En los montículos o montones, formados por túmulos circulares de tierra suelta, se desarrollan mejor las raíces tuberosas como la yuca (Manihot esculenta) y los ajes y las batatas (Ipomoea batatas), mientras que el sistema de roza fue utilizado, principalmente, para la siembra de maíz (Zea mays), el cual plantaban en época de luna llena al creer que así se garantizaban el crecimiento de la planta.

Los taínos aprovecharon, igualmente, los ciclos de lluvia para dar inicio a sus siembras y en la fase final de su evolución ya empeaban ciertos tipos de regadíos o acequias donde eran necesarios por la aridez de la tierra.

Sus instrumentos agrícolas fueron las hachas de piedra y la coa o pullón, especie de bastón de madera para cavar, cuya punta era previamente endurecida por el fuego.

Con la fricción de ciertas leñas los taínos obtenían el fuego, con el que cocinaban muchos de sus alimentos, cocían la cerámica y derribaban grandes árboles para preparar sus sembradíos o conucos y confeccionar las canoas. Cuando caminaban o pescaban por la noche se alumbraban con hachos o trozos de madera resinosa como la cuaba o pino (Pinus occidentalis) y el goaconax o guaconejo (Amiris spp.). Las hachas de piedra, al igual que los raspadores de concha, fueron artefactos de trabajo muy empleados por los taínos, principalmente para hacer sus múltiples objetos de madera. Las hachas más típicas en la cultura taína son las petaloides, nombre dado por semejarse a pétalos de flores, pero hubieron otros tipos de hachas, como las hachas de cuello y los buriles, siendo algunas de ellas de uso manual, mientras que las de mayor tamaño se ataban al extremo de un mazo de madera.

Para la fabricación de sus hachas los indígenas seleccionaron rocas de gran consistencia y, por lo general, la superficie del instrumento presenta un reluciente pulimento. El principal cultivo de los taínos era la yuca (Manihot esculenta) que rallaban o "guayaban" obteniendo una masa de la cual elaboraban el cazabí o cazabe (en la actualidad, casabe), especie de pan seco o torta que, previamente, tostaban sobre un burén y constituía su alimento básico.

El maíz (Zea mays) fue otro ingrediente importante en su dienta. Lo cosechaban dos veces al año y lo comían crudo, cuando tierno, y asado, cuando más seco o maduro. También lo rallaban o trituraban para hacer con agua cierto potaje.

Otros cultivos complementarios fueron la batata (Ipomoea batatas), y el aje (posible variedad de batata) que asaban entre las brasas, además de la yahutía (Colocasia esculenta), la guáyiga (Zamia debilis), el lerén (Calathea allouia), el maní (Arachis hypogea), el tabaco (Nicotiana tabacum), algunas especies de ají (Capsicum spp.) y frutas como la piña o ananá (Ananas comosus).

Otras muchas frutas, entre ellas el mamey (Mammea americana), la guanábana (Annona muricata), la lechosa o papaya (Carica papaya), el mamón o corazón (Annona reticulata), la guayaba (Psidium guajava), el caimito (Chrysophyllum cainito), el icaco o hicaco (Chrysobalanus icaco) y la pitahaya (Hylocereus undatus) eran recolectadas en estado silvestre.

La caza

Para la caza de las aves y otros animales, tales como quemíes, curíes, hutías, iguanas, caimanes, etc. utilizaron, al igual que para la pesa, el arco y la flecha, en cuyo uso eran muy diestros los indios, además de las lancetas arrojadas con propulsores y numerosas formas de trampas.

En el caso de las hutías y demás roedores, acostumbraban incendiar las sabanas, acorralando a los animales, para cazarlos en un lugar indicado o simplemente recogerlos quemados trás el incendio.

En el terminal de sus lanzas o flechas insertaban, en algunas ocasiones, una punta afilada hecha de la espina que tiene en la cola el pez raya o una astilla de hueso de manatí (Manatus sp.) mientras que en otras colocaban puntas extraídas de la resistente madera del copey (Clusia rosea).

Los taínos no tuvieron animales domésticos, a excepción del pequeño perro "mudo" o aon, cuya carne consumían, y las higuacas o cotorras (Amazona ventralis) a las que enseñaban a hablar. Asimismo, se emplearon corrales de estacas en los mares y ríos para el cautiverio de especies acuáticas y jaulas para las aves.

La pesca

La pesca fue una práctica común de los taínos, motivo para que sus poblados se formaran preferentemente a orillas del mar y de los ríos y sus esteros donde abundaban los manglares. Esa actividad, complementaria de su dieta, era realizada con arcos y flechas, anzuelos hechos de hueso o de concha de tortuga, y grandes redes de algodón que sumergían con pesas de piedra.

En la pesca marina usaron el pez guaicano o rémora (Eucheneis naucrotes), el cual sujetaban por una cuerda y soltaban de nuevo al mar para capturar otras presas de mayor tamaño a las cuales este pez se adhería fuertemente.

Los corrales, como sistema de pesca, hechos con hileras formadas por estacas de madera o caña y bejucos, fueron utilizados en algunas áreas por los taínos, principalmente en los mares tranquilos y poco profundos.

En los ríos también emplearon ciertas raíces (baiguá) que majaban en el agua para adormecer a los peces y, cerca de sus desembocaduras, apresaban al manatí (Manatus sp.) que les proporcionaba abundante carne y de cuyos huesos, especialmente las costillas, fabricaban amuletos, orejeras y utensilios ceremoniales, como las espátulas vómicas y los inhaladores de la cohoba.

En las playas capturaban a las tortugas cuando éstas venían a desovar y recolectaban algunos crustáceos y moluscos aprovechando sus conchas como materia prima para elaborar adornos e instrumentos utilitarios.

La vivienda

Las viviendas de los taínos albergaban a todo un grupo familiar, incluyendo abuelos, tíos, primos, etc.. Las casas eran de dos tipos: los bohíos y los caney de planta circular y techo cónico. También los había de planta rectangular, con pórtico y techos dobles, donde vivían los caciques. Generalmente, las aldeas se agrupaban en torno a una plaza o plataforma para el juego de pelota llamada batey. Allí se celebraban las principales festividades, como los areítos (cantos y bailes) y la ceremonia de la cohoba. Preparación de Alimentos

Los poblados taínos eran llamados yucayeques y sus unidades habitacionales fueron los bohíos y caneyes, fabricados de postes de madera que enterraban en el suelo y de cañas sujetadas por bejucos con techos de hojas de palma o paja, dejando en lo alto un respiradero recubierto por un caballete, para la salida del aire y del humo de las brasas que siempre mantenían dentro de las casas. Un solo bohío podía albergar a varias familias, ya que era frecuente entre los taínos que las hijas casadas vivieran en las casas de sus padres.

Los "bohíos", llamados también eracras, eran de forma circular y techos cónicos, mientras que el "caney", nombre dado a la casa de los caciques, era ocasionalmente rectangular y un tanto más espacioso, con techo de dos aguas y una marquesina frontal de recibo, estando situado frente al batey o plaza donde se congregaban los miembro de la tribu para celebrar muchas de sus actividades sociales y ceremoniales.

La casa de los caciques hacía ocasionalmente las veces de tempo cuando se guardaban en ella los ídolos o cemíes. En otros casos, la casa dedicada al culto de los cemíes podía encontrarse también en las afueras de las aldeas, celebrándose entonces dentro de ella las ceremonias religiosas.

Los taínos dormían en hamacas o camas colgantes, las cuales eran tejidas de algodón (Gossypium barbadense) o maguey (Agave spp.) y sujetadas en sus extremos por hicos o cuerdas de cabuya (Furcraea hexapetala) o de henequén (Agave sisalana).

Cuando emprendían algún viaje, los taínos transportaban sus hamacas y otras pertenencias en cestas, llamadas jabas. Las hamacas eran colgadas de los árboles o de los andamios de unas enramadas temporales, denominadas barbacoas, bajo las cuales se guarecían de los efectos del sol y de la lluvia.

En cuanto al desarrollo material, los taínos poseían una serie de herramientas y utensilios de madera, piedra y concha que servían para las labores agrícolas, artesanales, la caza y la pesca. También se han encontrado restos de cerámica, pilares, columnas y plazas que revelan un significativo grado de complejidad cultural. Entre los enseres propiamente taínos que se integraron con facilidad en la vida diaria de los marineros españoles estaba la hamaca.

Para concluír

Arawaks y caribes: genocidio en el paraíso

Meses antes de que Cristóbal Colón confundiera en 1492 las islas del Caribe y las Antillas con Asia, la región tenía una altísima densidad demográfica. Estos vivían de la caza, la pesca y las guerras. Tres pueblos las ocupaban: los ciboneys, establecidos en las partes oeste de las actuales Cuba y Haiti; los taíno-arawaks en las Grandes Antillas (las actuales Cuba, Jamaica, Haití, República Dominicana, Puerto Rico y Trinidad); y los caribes que ocuparon las hoy Pequeñas Antillas (que se encuentran al este de las Grandes Antillas).

De estos pueblos hoy nada queda, salvo medio millar de caribes confinados en reservas en la actual Dominica, la mayoría mezclados con africanos, y una pequeña población que conserva rasgos indígenas en Cuba y Puerto Rico. El impacto cultural, la esclavitud y las enfermedades que traían los europeos borraron estos pueblos de la faz del erróneo paraíso.

Si la historia de los taínos (pertenecientes al grupo lingüístico de los arawaks, que ocuparon una área que se extendía desde la actual Florida hasta el Paraguay y al norte de Argentina) terminó con la llegada de los europeos, esta misma historia había empezado desde hacia muchos siglos, cuando alrededor del siglo V a.C. salieron de la cuenca del río Orinoco, ocuparon la isla de Trinidad y desde allí se propagaron a todas las Antillas, donde, después de haber empujado a los ciboneys hacia el oeste de Cuba y Haití, se dedicaron sobre todo a la agricultura y al comercio y se organizaron en comunidades administradas por jefes religiosos, llamados caciques, en una estructura social jerárquica cuyo grado más bajo era ocupado por los esclavos.

Poco antes de la llegada de los europeos, los taínos habían sido desplazados de las Pequeñas Antillas por los caribes, cuyos nombre originario era Galibi, provenientes, como los arawaks, del norte de Sudamérica. Los caribes eran grupos móviles y guerreros con una organización social simple y principalmente dedicada a la guerra y la conquista. Las mujeres de los caribes mayoritariamente de origen arawaks, eran tomadas por medio de la conquista militar.

En su primer viaje, Colón llegó a las islas Bahamas, y siguió por Cuba -donde encontró los taíno- e Hispaniola. Las islas hicieron gran impacto sobre el almirante quien, impresionado por el clima, la vegetación y la desnudez de los americanos, creyó encontrar el paraíso terrenal. El almirante, que murió pensando que había llegado a Asia y no a un continente que los mapas europeos no registraban, además de por lecturas bíblicas, estaba influido por las lecturas de viajes, sobre todo por el de Marco Polo hacia China. Así que, como había contado Polo en su cuadernos, temía a personajes como los "Come-hombres" y los "Hombres-perro” y creyó encontrarlos en los caribes, según lo que había entendido de los cuentos de los taíno-arawaks que, víctimas de la actitud guerrera de los caribes, relataban la existencia de tribus guerreras y feroces que comían hombres (la palabra “caníbal” deriva de estas tribus a las cuales los españoles rebautizaron como “caníbales”). Los cuentos de viaje de Colón contribuyeron así a la creación de mitos del Nuevo Mundo: el de El Dorado, los Siete pueblos de Cibola, o  las Amazonas.

La conquista del paraíso significó el infierno para arawaks y caribes: en un siglo, los primeros pasaron de una población de 2-3 millones de personas a pocos miles. La alta tasa de mortandad se debió a su exposición a enfermedades desconocidas que introdujeron los europeos y a la brutalidad de los conquistadores. Los caribes intentaron resistir a los invasores, pero este solo demoró su aniquilamiento, que llegaría en el siglo XVII.

Sin encontrarlo, Colón buscaba oro de forma obsesiva. A cambio del oro que faltaba Colón llevó a Europa, junto con aves coloridas y especias, algunos taínos como esclavos, regalo que la reina no aceptó, por considerarlos súbditos del imperio. En la práctica, sin embargo, en sus propias tierras, los taínos, aunque nominalmente súbditos, fueron explotados como esclavos, forzados a trabajar en condiciones que aceleraron su extinción. A causa del aniquilamiento de las poblaciones indígenas, los europeos, desprovistos de mano de obra, empezaron la importación en gran escala de esclavos desde África.  Tropezar con el Paraíso Terrenal reintrodujo la práctica de la esclavitud (que había desaparecido con la imposición del cristianismo durante la Edad Media) entre los europeos.

Hoy en día, los pocos arawaks sobrevivientes se encuentran en Guyana, Suriname, Guyana Francesa y Puerto Rico, donde viven organizados en confederaciones, naciones y municipios que dicen ser la voz de todo el pueblo taíno del área caribeña y de la diáspora de Estados Unidos. Entre todas estas organizaciones la única reconocida oficialmente por Estados Unidos como legítimo gobierno tribal es la Nación Tribal Jatibonicu Taíno de Borikén.

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