Ramón Emeterio Betances
Patriota Puertorriqueño
Nació
en Cabo Rojo, el 8 de abril de 1827, en el
lugar donde está ubicada la Logia Masónica,
"Cuna de Betances" en la calle que lleva su
nombre. Su instrucción primaria la recibió
en su pueblo natal, la secundaria en
Mayagüez y la profesional de Médico Cirujano
en París, Francia. Fueron sus padres, Don
Felipe Betances y María del Carmen Alacán.
El Dr. Betances tuvo
una novia, la cual se llamó María del Carmen
Henry, ésta muere días antes de casarse, por
lo cual Betances sufre; mucho llevándole
rosas a la tumba todos los días, mientras
vivió en Cabo Rojo.
Residió en Cabo Rojo
como Medico y Abolicionista. Se dedicó junto
a otros abolicionistas a liberer los niños
esclavos frente a la pila bautismal, cuando
costaban $25.00 pesos antes de su bautismo,
luego costaban $50.00. Fundó una sociedad
abolicionista, y con su ejemplo y prestigio,
ganó muchos adeptos para su causa la cual se
generalizo por todo el pais.
Betances luchó por la
independencia de su patria, asi como por la
de Cuba y Santo Domingo. Fue el "alma mater"
del Grito de Lares, gesta histórica de los
libertadores puertorriqueños, que fracaso el
día 23 de septiembre de 1868.
Fue el precursor el
precursor de la confederación Antillana y su
lema era "America para los Americanos y las
Antillas para los Antillanos", de ahi viene
su seudonimo "El Antillano".
Como dramaturgo
escribió algunas obras entre las que se
destaca "La Virgen de Borinquen", la cual
está dedicada a la novia caborrojeña que
murio días antes de casarse.
Como médico, realizo
investigación cientifica, la cual tituló "Tratado
Sobre Elefantitis. Esta hizo que fuera
reconocido en las diferentes escuelas de
medicina en toda Europa.
Betances muere en
Paris, Francia en el 1898, en el mismo año
en que los americanos llegan a Puerto Rico.
Los restos de Betances fueron trasladados a
Cabo Rojo en el 1920, y se encuentran en el
centro de la Plaza de Recreo qu lleva su
mismo nombre. Su busto fué hecho por el
escultor italiano Diego Montano. Frente al
busto se encuentran las banderas del Grito
de Lares y la de Puerto Rico, al más grande
de los hijos de este pueblo.
Extracto
del libro de Lucas Morón sobre el Grito de
Lares
El Dr. Ramón
Emeterio Betances (en foto) y el abogado
Segundo Ruiz Belvis, habían salido de Puerto
Rico hacia la República Dominicana para
organizar un alzamiento independentista en
la isla. Ruiz Belvis siguió hacia Chile,
pues el gobierno de ese país había ofrecido
ayuda a la causa separatista, ayuda que no
llegó a dar. Allá el abogado murió en forma
sospechosa. Betances creó un Comité
Revolucionario de Puerto Rico y organizó
juntas y legaciones revolucionarias. Los
principales dirigentes de la isla eran
Matías Brugman, Manuel Rojas, Manuel María
González, Carlos Lacroix y Manuel Cebollero.
El gobierno
dominicano a través del General Luperón y el
Presidente Buenaventura Báez, había apoyado
a Betances. Le había permitido reclutar y
armar un pequeño ejército y le facilitó un
barco armado. Cuando casi todo estaba listo
para llevar a cabo la expedición contra la
isla, el gobierno español consiguió que el
Presidente Báez prohibiera la salida de los
expedicionarios de territorio dominicano, y
que las autoridades en Saint Thomas, donde
estaba fondeado el barco, lo ocuparan.
Mientras los
planes de Betances quedaban así desbaratados,
en Puerto Rico el Ejército detuvo a uno de
los principales dirigentes de la
conspiración y ocupó documentos
comprometedores. Los demás líderes, temiendo
ser arrestados, decidieron adelantar la
fecha señalada para iniciar la revolución
sin esperar por Betances.
El
día 23 de septiembre de 1868 unos
cuatrocientos hombres mal armados tomaron la
población de Lares, declararon la República
de Puerto Rico y formaron un gobierno
provisional. Adoptaron como emblema una
bandera que se cree diseñada por Betances y
cosida por Mariana Bracetti, "Brazo de Oro".
Al día
siguiente atacaron la población del Pepino,
donde esperaban ocupar algunas armas, pero
la milicia de aquella población ya aguardaba
el ataque y había recibido un pequeño
refuerzo, por lo cual los revolucionarios
fueron rechazados después de haber sufrido
algunas bajas. Cuando se reagruparon en las
afueras del pueblo y volvieron al ataque, se
acercaba a San Sebastián la tropa veterana
de Moca, así que fue necesario ordenar la
retirada.
El Ejército
inició inmediatamente la persecusión de los
fugitivos, muchos de los cuales se
encontraban desarmados o armados solo de
machetes. En los días siguientes los
soldados dieron muerte a Brugman y a otros
rebeldes. Arrestaron a más de quinientas
personas. Se les celebró juicio en el cual
siete de los principales dirigentes fueron
condenados a morir, pero la sentencia no
llegó a cumplirse.
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