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Sigmund Freud
(1856-1939)
Neurólogo y fundador del psicoanálisis,
nacio en Freiberg (Moravia), de una familia
judía de la clase media, y murio en Londres.
Su familia emigró a Viena cuando él tenía
tres años de edad y en esta ciudad vivió 79
años. La juventud de Freud transcurrió en
medio de la pobreza y, a pesar de sentirse
atraído por la investigación científica
pura, más que por la medicina, en 1873 se
vio obligado por las circunstancias a
ingresar en la Facultad de Medicina de la
Universidad de Viena.
Ilusionado con sus
investigaciones históricas en el laboratorio
fisiológico de Ernst von Brücke, dilató su
cualificación médica hasta 1881. Siempre
había estado más interesado por los seres
humanos y los problemas de la cultura que
por el mundo material, pero estaba
persuadido de la necesidad de la disciplina
estricta del adiestramiento técnico. No
tenía aptitudes para las ciencias física y
matemática, y su trabajo de investigación
estaba limitado a la aclaración microscópica
de varios tramos del sistema nervioso
central, ya que ahí residía el fundamento de
la teoría neuronal. Esta investigación
continuó después de su graduación en
medicina, pero, cuando se enamoró en 1882,
se dio cuenta de que si quería casarse
tendría que adoptar una carrera más práctica
y, de acuerdo con esto, pasó dos años como
médico ayudante en el Hospital General de
Viena. Durante este tiempo realizó un
estudio minucioso sobre la cocaína y fue el
primero en descubrir sus importantes
cualidades anestésicas.
En 1882, un viejo colega,
el doctor Josef Breuer, le habló a Freud de
una paciente, «Anna O», que se había
beneficiado del método «catártico» para
revivir olvidados recuerdos dolorosos
mientras se hallaba en estado de hipnosis.
En el período 1885-86 Freud estudió durante
tres meses con el doctor Jean Martin Charcot
en el Hospital de la Salpêtrière de París,
pero no pudo interesar al médico en los
descubrimientos de Breuer. Sin embargo, su
visita a la Salpêtrière fue para él
decisiva, ya que aprendió a ver la histeria
como un interesante problema merecedor de
una seria investigación.
Al volver a Viena instaló
una consulta privada como neurólogo y al fin
se vio financieramente con posibilidades de
casarse. El matrimonio fue feliz y dio como
fruto seis hijos; uno de éstos, Anna, y un
nieto, W. Ernst Freud, seguirían más tarde
la carrera de psicoanalistas. Durante unos
pocos años estuvo Freud en una clínica
pediátrica, donde se distinguió con la
publicación de dos libros clásicos sobre una
forma de parálisis infantil que llegó a ser
conocida por su nombre. También escribió en
1891 un importante libro sobre la afasia.
Los primeros años de
experiencia clínica de Freud están
expresados en Studien über Hysterie
(Estudios sobre la histeria, 1895), un libro
escrito en colaboración con Breuer. Pero
Freud había empezado ya a reemplazar el
método hipnótico por uno de su invención
conocido como libre asociación, la base del
posterior método psicoanalítico; en éste el
paciente relaja su atención consciente y
relata sencillamente sus pensamientos tal
como se producen. El perfeccionamiento del
método psicoanalítico ocupó a Freud desde
1895 hasta 1900 y en esos años realizó buena
parte de sus descubrimientos fundamentales.
Sus publicaciones de ese
período, referentes principalmente al origen
sexual de las psiconeurosis, fueron acogidos
con ironía y sólo tuvo un amigo que lo trató
con simpatía, un médico berlinés llamado
Fliess; las cartas de Freud y las memorias
de Fliess, luego publicadas con el título de
Grundzüge der Psychoanalyse (Rasgos
fundamentales del psicoanálisis), dan un
cuadro vivo de sus luchas de aquellos años.
En 1899 publicó lo que se considera su obra
magna, Die Traumdeutung (La interpretación
de los sueños); trata ésta, no sólo de los
problemas de ensamblaje de la vida onírica y
de los complejos mecanismos mentales que
trabajan en la elaboración de los sueños,
sino también de la estructura y
funcionamiento de las capas más profundas de
la mente normal, el inconsciente. Su más
importante contribución a este conocimiento
fue su detallado estudio de lo que él llamó
los sistemas mentales primario y secundario.
En 1902 Freud invitó a
unos pocos discípulos a reunirse
regularmente para estudiar su trabajo. Este
pequeño grupo se convirtió en la Sociedad
Psicoanalista de Viena. En 1904 publicó Zur
Psychopathologie des Alltagslebens (Psicopatología
de la vida cotidiana), un estudio de las
muchas formas de funcionamiento mental
imperfecto, tales como los fallos de
memoria, dislalias y otros defectos del
habla. Al año siguiente publicó Drei
Abhandlungen zur Sexualtheorie (Tres ensayos
sobre la teoría sexual), en los que explica
la significación de la sexualidad infantil.
En 1906, varios
psiquiatras suizos, encabezados por Eugen
Bleuler y Carl G. Jung, se unieron a Freud.
Dos años más tarde se celebraría el primer
Congreso Internacional de Psicoanálisis;
asistieron a él 42 seguidores de Freud,
entre ellos Karl Abraham, Sandor Ferenczi y
Ernest Jones. En 1911 Alfred Adler, en 1912
Wilhelm Stekel y en 1914 Jung, abandonaron a
Freud a causa de diferencias personales y
científicas. En 1913 publicó Totem und Tabu
(Tótem y tabú), que sucede en importancia
sólo a La interpretación de los sueños;
en el libro se pone de relieve la
significación psicológica e histórica de los
deseos parricidas en el ser humano. En 1915
publicó una serie de ensayos fundamentales
sobre la teoría de la mente.
Las obras de Freud se
enfrentaron con una oposición áspera y a
veces feroz, a la que él replicó a veces con
dureza. En 1913 se formó un grupo de amigos
íntimos para apoyar a Freud contra el mundo
exterior. En 1919 fundó una empresa
editorial en la que, antes de su
confiscación por los nazis en 1938, había
publicado Freud sus Obras completas,
cinco periódicos y más de 150 libros. En los
cuatro años siguientes a la I Guerra Mundial
escribió varias obras en las que
desarrollaba cambios radicales en la teoría
de la mente y ponía las bases de la que más
tarde sería llamada psicología del ego. En
1923 se vio agobiado por un cáncer de
maxilar que le produjo infinitos
sufrimientos y por el que tuvo que soportar
33 operaciones. En 1936 se celebró
ampliamente su 80 aniversario y fue nombrado
miembro correspondiente de la Real Sociedad
británica. En 1938, cuando los nazis
invadieron Austria, se mostró reacio a
abandonar Viena, pero Ernest Jones lo
persuadió para que se fuera a Inglaterra,
donde moriría 15 meses más tarde.
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